viernes, 6 de noviembre de 2015

BASTA YA DE HIPOCRESÍA Y DE CINISMO


 Como de costumbre, la definición de los términos que en todos los casos forman parte del espíritu de la obra.
Hipocresía: fingimiento de sentimientos, ideas y cualidades generalmente positivo, contrario a los que se experimentan.
Cinismo: desvergüenza o descaro en el mentir o en la defensa y práctica de actitudes reprochables (Fuente Google).

*Mucha tela para cortar desde siempre y que compromete severamente al hombre. Páginas y páginas se completarían si pudieran destacarse tantos actos que lo tienen como protagonista.
Todo aquel que a través de la literatura ha tenido  y tiene una inagotable fuente de material  para referir  al respecto, lo podrá certificar. Desde los más encumbrados hasta los menos, se han destacado por el uso y abuso de actitudes con ambos condimentos.
Pasó mucho tiempo, o como decimos, mucha agua corrió debajo del puente. No había que cambiar, ya que tal condición debió y de buena fe utilizarse al máximo. Deja muy buenas ganancias, sería para ellos, imperdonable abandonar esa práctica, Si a otros perjudica…ruego pasar vista por mi obra “El fín no o sí justifica los medios”.  Cuando algo se hace repetido, apelamos a aquel pensamiento o comentario inevitable: …a esta película ya la ví…Imagínense si tendrá vigencia.
En todos los órdenes de la vida, en la familia, en lo laboral, en la misma calle conforme al trato diario con nuestros congéneres: es una constante desde siempre. En las obras literarias o en el cine, se reflejan estos aspectos.
No escapa a esta práctica ruin, aún entre los mismos cónyuges, cuando obviamente la pareja no está bien avenida.
Ya estamos acostumbrados, de una u otra forma quien no se ha visto involucrado en tales cuestiones.
En todos los estamentos se apela  inescrupulosamente a esta mala práctica.  Las promesas son vertidas sin piedad. Si al que agravia le parece, apela a un discurso de protección, digamos de salvatage tratando de justificarse con una desfachatez que nace con él, como si estuviera formando parte de su cuerpo. Así las cosas.
Vayamos a meternos en el compromiso matrimonial. Cuestión demasiado fuerte si la hay. Refiero un trabajo, llamado “EL Matrimonio”, de mi autoría, a través del cual puntualizo respecto de la conducta que debe prevalecer en esa sociedad. No respetar tales premisas supone inevitablemente entrar en colisión con la moral y las buenas costumbres. Toda una gama de transgresiones aparecen consecuentemente, sería largo de enumerarlas, la mala conducta del ser humano en todo su esplendor.
A partir de esa falta de cumplimiento a elementales niveles de convivencia, surgen conflictos que deterioran la calidad de vida de aquél. Una gimnasia de la hipocresía y el cinismo constituyen el caballito de batalla de prácticamente toda la clase dirigente, en mi opinión no se salva ni el más noble ya que al permanecer en medio harto contaminado y sin contar con armas o aliados que salgan a combatir tales desviaciones de la conducta, se convierten taxativamente en cómplices de los depredadores de turno. Alegan no ser responsables de caprichosas actitudes de otros y así tratan de escapar por la tangente, mudándose de un cargo o puesto a otro, previa apelación al discurso hipócrita y cínico contando a su favor con una debilidad innata de sus conciudadanos: el olvido, o… el qué me importa…, si total son todos iguales.
Lo más triste es que tienen razón y cuánta!
Promesas por doquier, pareciera  que les hablan a seres irracionales que no tienen la posibilidad de entender.
Pero queda en evidencia que buena parte del pueblo insiste en la posibilidad de cambio a pesar de la experiencia que queda en el tamiz invariablemente.
Pareciera que estas condiciones están incorporadas en buena parte de la raza humana y obedece a la que llamo escala de valores o en todo caso a una muestra desde lo poco a lo mucho.
Descuento que debe haber pocos que no se enanquen en esto. Obviamente dejo un espacio, no para los susceptibles precisamente, sino para aquel que obra poniendo el corazón ante todo y que los hay, los hay.
La hipocresía y el cinismo calan hondo en el corazón del hombre, es como una herramienta pero a diferencia de esta, se usa con menos cotidianeidad, pero se usa y eso es lo lamentable. Encuentra a su paso víctimas propiciatorias donde hacer jugar sus perversas intenciones.
A medida que transcurre el tiempo y en lo que respecta a la franja política, encaramados en el poder gubernamental, vemos tomando conocimiento del uso y abuso de estas tristemente célebres debilidades de estos discípulos de Maquiavelo, o de Mefistófeles que a fuerza de promesas incumplidas van dejando a su paso una estela de expectativas, fracasos por doquier y se arrogan el derecho de declamar con total descaro, frases como las del innombrable arquetipo de la hipocresía y del cinismo, gobernando el país allá por la década de los 90, pero del sigo XXI, síganme, que no los voy a defraudar, o aquella con un desparpajo sin igual: Vamos mal, pero seguimos bien, (quién se anima a descifrar?) o la otra imperdible de: estamos entrando en el primer mundo, Pero lo que no tiene desperdicio, fue hablando en un acto en el Chaco y en una escuelita rural, sobre algo que nada tenía que ver con lo que necesitaban: en poco tiempo más, saliendo desde Buenos Aires, arribaremos al Japón en unas dos horas.
Como se advertirá, siempre en este orden aparece un avenido a patriota, que miente a más no poder y lo que es más grave que un séquito de sujetos de todos los niveles, se constituyen en funcionales al poder. Bueno, convengamos que muchos sacan ventajas y en consecuencia van detrás del mascarón de proa para esos fines. Lástima grande que una muy buena parte del pueblo tenga que aceptar reglas de juego con las que no está de acuerdo. Lamentablemente se especula inescrupulosamente con la forma de ser de buena parte de la sociedad.
Algo curioso y contradictorio. Cuando estos energúmenos al asumir hacen el juramento de práctica sobre los Santos Evangelios, el funcionario certificante expone: …”qué Dios y la Patria se lo demanden…” – Menuda burla, el Señor no sé, pero la patria ummm, prácticamente en la mayoría de los casos aún muy graves, mira hacia otro lado, la justicia, los legisladores también se hacen los distraídos: acá no ha pasado nada, está todo bien….Lo más grave, que los impresentables, tienen la posibilidad, cambiando de lugar, de seguir con sus “travesuras” apoyados por el pueblo ciego que olvida el pasado. Al parecer aquellos facinerosos  no apelan a la ley del mar cual es: barco que se hunde, capitán que se va con él al fondo del mar. O en todo caso a la japonesa, funcionario severamente cuestionado: corte transversal de panza.
En algunos lugares de Europa: cárcel para el transgresor y exclusión de por vida para actuar en política.
La hipocresía y el cinismo saltan a la vista cuando el ejercicio del poder es un fracaso.
Por estos lares hay muestras más que elocuentes de estar generado el consabido caldo de cultivo ya que la decadencia moral y material salta a ojos vista. Hemos retrocedido significativamente, mientras que países vecinos (no todos), han logrado avanzar logrando credibilidad y seguridad jurídicas, dos elementos de real valía en el concierto mundial.
Cuando duele la cabeza, el cuerpo no responde. Si lo de arriba está en mal estado, el resto no puede estar mejor. La clase dirigente se descompone y no hay términos medios. Una forma de anarquía enrarece el ambiente ya que los sistemas han salido de cauce. Nos encontramos con hipotética cadena de conflictos sociales que por ahora subyacen pero como el silencioso volcán que en el momento menos pensado entra en erupción.
Decía un amigo: pueda ser que algún día salga un tiro para el lado de la justicia, o aquello de que siempre que llovió paró. Tal como están las cosas, las armas para el lado de la dama con los ojos vendados están cargadas con proyectiles de fogueo; además llueve ininterumpidamente diluvia y no para. Se entiende, no?
Un alegato pero en serio, hipocresía y cinismo:  mi pedido es retírense a cuarteles de invierno, con creces han cumplido sus propósitos, basta de enseñorearse con lo débiles usados por ser ilusos, claro que por necesidad mediante. Una ecuación perfecta: ustedes necesitan de incautos para sobresalir y lo más grave, es que no les cuesta mucho encontrarlos
Quien puede dudar respecto de la existencia de estos componentes de la entidad madre: la maldad. El libre albedrío una vez más.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe
Argentina-  06.11.2015.


                                                          

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