Por regla general,
siempre que tomamos una decisión estamos convencidos que es una buena medida.
Nos ponemos ciegos, sordos y mudos. No puedo equivocarme decimos y le damos
para adelante. Bueno, después de todo con el correr del tiempo pueden cambiar
las cosas. Pero por el contrario, las cosas empeoran y siguen para mal.
Porqué esta
¿introducción?
*Hoy Mariano Retamal
nacionalizado uruguayo, en convivencia con Fabiola del Solar, tenemos tres
hijos que no influyen demasiado en esta historia.
¿Por qué uruguayo si
soy argentino?
Tuve que radicarme en
aquel país para poner distancias entre mi país de nacimiento y una pequeña ciudad en la Banda Oriental,
por impostergable necesidad de alejarme, particularmente de mi malvada esposa, bien
aliada del demonio. Sí, dormir permanentemente con Satanás en faldas. Ya desde
nuestro desordenado noviazgo aparecieron las primeras demostraciones de contradicciones
referidas al comportamiento de mi familia; evidentemente la perfidia se había
apoderado de ella, tan solo por oponerse a toda actitud de los míos,
incluyéndome.
No consulté con los
“hombres sabios” como reza una letra de tango. Seguía como una marioneta,
manejado por invisibles hilos. Pensaba: quizás ya en matrimonio, cambie de
conducta; me equivoqué de cabo a rabo. Se dice que una persona que tiene una
mala costumbre, con los años la aumenta, nada de cambiar.
Llegó el momento de
hablar de la boda. Locura y desborde total. Nadie de los míos le encajaba, solo
los de ella eran inmaculados. Bueno al final se concretó en medio de un
desbande general, parecían salvajes a
punto de cocinar a un blanco en la gran olla.
Terminó el diabólico
festín, menos mal.
Viaje de bodas, más
menos que más, apenas unos atisbos de cariño. Pensaba yo: ¿estará enamorada de
otro? ¿Se enganchó conmigo para dejar la casa paterna? Que dicho sea de paso
mejor no recordar.
Al llegar a la casa,
un departamento alquilado, no tuvo mejor idea que pedir trabajo en un
supermercado en calidad de repositora, el único lugar que el encargado de
recursos humanos le encontró. El examen psicológico determinó que era el único
contacto que podía tener con los compañeros de trabajo, la había recomendado el
amante de una amiga, a cargo de esa área. Pero resulta que el jefe de personal
quien controlaba todas las actividades, no le cerraba su personalidad y comenzó
a espiarla junto con dos empleados de confianza. Luego de reponer y o repasar
las góndolas, La doña, se encontró con el supervisor, comentándole que el
trabajo iba bien.
-Mire señora, es un
compromiso serio para el prestigio del establecimiento que un cliente o un
inspector de bromatología compruebe un producto vencido.
-Quédese tranquilo
señor, acá tiene la lista de los productos repuestos y o cambiados por fecha
vencida.
-De acuerdo entonces.
Inmediatamente, el
supervisor comenzó rápidamente con sus empleados a revisar las góndolas y
constataron que 4 latas de duraznos al natural no habían sido cambiadas y no
fue solicitado el reemplazo. Enseguida la llamaron y le hicieron ver el error.
Ella lo negó, pero es evidente la falla encontrada.
-Señora, quítese el
uniforme y acompáñeme a la oficina.
Se presentaron ante el
jefe de personal.
-Señor, este es el
problema.
-A ¿sí? Tome esta
tarjeta y pase el jueves a percibir el despido. Señor custodio: acompañe a la
señora hasta la puerta y revise su cartera con la empleada del ingreso como
testigo.
-A ver señora, abra el
bolso.
-¿Y estos cuatro
alfajores? Importados de España?
-Son míos.
-No mienta por favor y
le diré dos cosas: una que son importados y nosotros los únicos que los
vendemos, tenemos la exclusividad; otra: en el supuesto que traiga algo de la
calle, sabe bien que tiene que reportarlo a la empleada de la puerta de
ingreso.
Váyase inmediatamente
antes que demos aviso a la policía.
Otra más y van…
La impresentable e
innombrable, se dedicó a elaborar comidas para vender y llevar también a
domicilios. No le iba mal.
Pero llegó un día en
que la gota iba a rebalsar el vaso.
Llego a casa, después
de una agotadora jornada de trabajo. Apenas ingreso y ella me increpa
duramente: lo que faltaba, estoy con una amiga y vienes a molestar. La amiga se
sonrió en lugar de llamarle la atención. Ahí perdí el control de mis actos, fui
al cuarto de herramientas, tomé una rama de árbol allí depositada y le apliqué
un fuerte golpe en la cabeza que la hizo caer desmayada al suelo, llamamos a la
emergencia médica y ésta constatando la importancia del golpe decide su
internación, pero antes consulta como fue el golpe. La puerca amiga declara que
fue un golpe por mí propinado. Interviene entonces la policía y me llevan
detenido. Luego de dos días me trasladan a una pequeña cárcel donde los
detenidos aguardan la condena. Lo que no imaginaba es que unos cincuenta
vecinos de la cuadra donde vivía, más otros de distintas asociaciones
vecinales, que presentaron sus inquietudes al juez de la causa. Simultáneamente,
los psicólogos determinados por la justicia un examen psiquiátrico y
psicológico tanto a mi mujer y a mi separadamente. Para mi beneficio, los
exámenes me favorecieron notablemente, ya que no había duda alguna respecto de
la personalidad de uno y de otro.
En consecuencia, el
juez habida cuenta de un hecho delictivo tenía que dictar sentencia, me dictó
una condena de dos años pero con libertad condicional sin restricciones, podía
seguir en mis actividades pero obviamente separado de la infiel.
Simultáneamente, inicié trámite de divorcio.
Pero mi decisión era
otra: salir del país aunque no tan lejos: Uruguay, Paraguay o Brasil. Tramité
pasaporte que me otorgaron en poco tiempo. Decidí viajar al primero de los
nombrados, acordando con mi familia que mis padres irían a vivir de mi hermano
y este a la casa de aquellos.
Tomé un micro que
atravesando Concordia Entre Ríos, cruzamos por el puente internacional hasta
Salto ya en tierra de la Banda Oriental. Casi de inmediato me dirigí a un área
que en nuestro país se conoce como Migraciones. Pedí en principio la visa, y
luego la nacionalidad que por otra parte me otorgaron. Sin pérdida de tiempo,
me acerqué a una agencia de colocaciones, presenté mi matrícula legalizada de
Ingeniero en Sistemas.
-Señor, tenemos dos
solicitudes de ese carácter. Aguarde.
-Bien, con esta
tarjeta acuda a esta dirección; aborde un coche de alquiler aunque no es lejos.
Mariano, llama y lo
atiende una recepcionista a quien le entrega la tarjeta.
-Pase señor, y
ubíquese en esta máquina, copie la imagen que figura en la pantalla.
-De acuerdo, aquí
está.
-Bien, imprímala.
-Perfecto, queda como
empleado, estas son las condiciones.
-Señorita: me gustaría
conocer a mis compañeros.
-Es uno solo y se
llama Roque Parente. Acá está.
Fueron presentados.
-Señor Parente,
seremos compañeros de trabajo y eso nada más, no quiero arrogarme ningún
derecho abusando de mis conocimientos ya que en una de esas usted me supera,
quédese tranquilo, vine a este país y quiero y necesito paz.
-Gracias Mariano,
venga ese apretón de manos.
Y así continuó la vida
de estos personajes.
El tiempo transcurre,
inobjetable y no es nada nuevo, para uno de una manera, para otros, de otra.
Mariano y Roque más amigos que nunca.
-Mariano, el domingo
festejamos nuestro día nacional y te invitamos a almorzar, todo el país de
fiesta en la que debes participar y qué mejor que en familia.
-Gracias Roque, antes
del mediodía estoy ahí con unos buenos vinos…
-Jajajá, no es mala la
idea.
Llegó el feriado,
Mariano vestido de diez, se presentó ante una familia tan agradable que en
silencio se le ocurrió pensar: decisión
equivocada la que tomé aquella vez. Esto me llama a la reflexión: me
encuentro en el antes y el después.
Pasó el tiempo del
almuerzo, café, licor algo dulce y una velada inolvidable. Al término, me
despedí con agradecimiento a toda la familia.
-Esto sí que lo
necesito, por eso no tengo palabras para justificar la actitud de ustedes.
Algún día les contaré mi historia, porque como todos, yo también la tengo, de
ahí en más ustedes podrán juzgarme a fondo…..Gracias, muchas gracias.
Pero faltaba algo más:
una compañía. Roque magnánimo como siempre, me arregló compromiso con Fabiola
su cuñada; ella sí que era una mujer singular. No la quería perder, era y es
agradable en grado sumo. Vacilar o negarme hubiera sido imperdonable digamos
considerando mi experiencia vivida. A su tiempo, en una reunión de familia, les
conté respecto de mi pasado, no debían ignorarlo. Lo interesante es que no
dudaron de la veracidad de mi historia.
*FIN DE LA HISTORIA
Como todas, esta ha
llegado a su fin. Es mi deseo que les haya gustado, entendiendo que no da para
más, el argumento principal está expuesto conforme a mi opinión.
OSCAR
Rosario, Pvcia. de
Santa Fe
Argentina –
28.06.2019.