domingo, 30 de junio de 2019

DECISIÓN EQUIVOCADA



Por regla general, siempre que tomamos una decisión estamos convencidos que es una buena medida. Nos ponemos ciegos, sordos y mudos. No puedo equivocarme decimos y le damos para adelante. Bueno, después de todo con el correr del tiempo pueden cambiar las cosas. Pero por el contrario, las cosas empeoran y siguen para mal.
Porqué esta ¿introducción?

*Hoy Mariano Retamal nacionalizado uruguayo, en convivencia con Fabiola del Solar, tenemos tres hijos que no influyen demasiado en esta historia.
¿Por qué uruguayo si soy argentino?
Tuve que radicarme en aquel país para poner distancias entre mi país de nacimiento  y una pequeña ciudad en la Banda Oriental, por impostergable necesidad de alejarme, particularmente de mi malvada esposa, bien aliada del demonio. Sí, dormir permanentemente con Satanás en faldas. Ya desde nuestro desordenado noviazgo aparecieron las primeras demostraciones de contradicciones referidas al comportamiento de mi familia; evidentemente la perfidia se había apoderado de ella, tan solo por oponerse a toda actitud de los míos, incluyéndome.
No consulté con los “hombres sabios” como reza una letra de tango. Seguía como una marioneta, manejado por invisibles hilos. Pensaba: quizás ya en matrimonio, cambie de conducta; me equivoqué de cabo a rabo. Se dice que una persona que tiene una mala costumbre, con los años la aumenta, nada de cambiar.
Llegó el momento de hablar de la boda. Locura y desborde total. Nadie de los míos le encajaba, solo los de ella eran inmaculados. Bueno al final se concretó en medio de un desbande general, parecían salvajes a  punto de cocinar a un blanco en la gran olla.
Terminó el diabólico festín, menos mal.
Viaje de bodas, más menos que más, apenas unos atisbos de cariño. Pensaba yo: ¿estará enamorada de otro? ¿Se enganchó conmigo para dejar la casa paterna? Que dicho sea de paso mejor no recordar.
Al llegar a la casa, un departamento alquilado, no tuvo mejor idea que pedir trabajo en un supermercado en calidad de repositora, el único lugar que el encargado de recursos humanos le encontró. El examen psicológico determinó que era el único contacto que podía tener con los compañeros de trabajo, la había recomendado el amante de una amiga, a cargo de esa área. Pero resulta que el jefe de personal quien controlaba todas las actividades, no le cerraba su personalidad y comenzó a espiarla junto con dos empleados de confianza. Luego de reponer y o repasar las góndolas, La doña, se encontró con el supervisor, comentándole que el trabajo iba bien.
-Mire señora, es un compromiso serio para el prestigio del establecimiento que un cliente o un inspector de bromatología compruebe un producto vencido.
-Quédese tranquilo señor, acá tiene la lista de los productos repuestos y o cambiados por fecha vencida.
-De acuerdo entonces.
Inmediatamente, el supervisor comenzó rápidamente con sus empleados a revisar las góndolas y constataron que 4 latas de duraznos al natural no habían sido cambiadas y no fue solicitado el reemplazo. Enseguida la llamaron y le hicieron ver el error. Ella lo negó, pero es evidente la falla encontrada.
-Señora, quítese el uniforme y acompáñeme a la oficina.
Se presentaron ante el jefe de personal.
-Señor, este es el problema.
-A ¿sí? Tome esta tarjeta y pase el jueves a percibir el despido. Señor custodio: acompañe a la señora hasta la puerta y revise su cartera con la empleada del ingreso como testigo.
-A ver señora, abra el bolso.
-¿Y estos cuatro alfajores? Importados de España?
-Son míos.
-No mienta por favor y le diré dos cosas: una que son importados y nosotros los únicos que los vendemos, tenemos la exclusividad; otra: en el supuesto que traiga algo de la calle, sabe bien que tiene que reportarlo a la empleada de la puerta de ingreso.
Váyase inmediatamente antes que demos aviso a la policía.
Otra más y van…
La impresentable e innombrable, se dedicó a elaborar comidas para vender y llevar también a domicilios. No le iba mal.
Pero llegó un día en que la gota iba a rebalsar el vaso.
Llego a casa, después de una agotadora jornada de trabajo. Apenas ingreso y ella me increpa duramente: lo que faltaba, estoy con una amiga y vienes a molestar. La amiga se sonrió en lugar de llamarle la atención. Ahí perdí el control de mis actos, fui al cuarto de herramientas, tomé una rama de árbol allí depositada y le apliqué un fuerte golpe en la cabeza que la hizo caer desmayada al suelo, llamamos a la emergencia médica y ésta constatando la importancia del golpe decide su internación, pero antes consulta como fue el golpe. La puerca amiga declara que fue un golpe por mí propinado. Interviene entonces la policía y me llevan detenido. Luego de dos días me trasladan a una pequeña cárcel donde los detenidos aguardan la condena. Lo que no imaginaba es que unos cincuenta vecinos de la cuadra donde vivía, más otros de distintas asociaciones vecinales, que presentaron sus inquietudes al juez de la causa. Simultáneamente, los psicólogos determinados por la justicia un examen psiquiátrico y psicológico tanto a mi mujer y a mi separadamente. Para mi beneficio, los exámenes me favorecieron notablemente, ya que no había duda alguna respecto de la personalidad de uno y de otro.
En consecuencia, el juez habida cuenta de un hecho delictivo tenía que dictar sentencia, me dictó una condena de dos años pero con libertad condicional sin restricciones, podía seguir en mis actividades pero obviamente separado de la infiel. Simultáneamente, inicié trámite de divorcio.
Pero mi decisión era otra: salir del país aunque no tan lejos: Uruguay, Paraguay o Brasil. Tramité pasaporte que me otorgaron en poco tiempo. Decidí viajar al primero de los nombrados, acordando con mi familia que mis padres irían a vivir de mi hermano y este a la casa de aquellos.
Tomé un micro que atravesando Concordia Entre Ríos, cruzamos por el puente internacional hasta Salto ya en tierra de la Banda Oriental. Casi de inmediato me dirigí a un área que en nuestro país se conoce como Migraciones. Pedí en principio la visa, y luego la nacionalidad que por otra parte me otorgaron. Sin pérdida de tiempo, me acerqué a una agencia de colocaciones, presenté mi matrícula legalizada de Ingeniero en Sistemas.
-Señor, tenemos dos solicitudes de ese carácter. Aguarde.
-Bien, con esta tarjeta acuda a esta dirección; aborde un coche de alquiler aunque no es lejos.
Mariano, llama y lo atiende una recepcionista a quien le entrega la tarjeta.
-Pase señor, y ubíquese en esta máquina, copie la imagen que figura en la pantalla.
-De acuerdo, aquí está.
-Bien, imprímala.
-Perfecto, queda como empleado, estas son las condiciones.
-Señorita: me gustaría conocer a mis compañeros.
-Es uno solo y se llama Roque Parente. Acá está.
Fueron presentados.
-Señor Parente, seremos compañeros de trabajo y eso nada más, no quiero arrogarme ningún derecho abusando de mis conocimientos ya que en una de esas usted me supera, quédese tranquilo, vine a este país y quiero y necesito paz.
-Gracias Mariano, venga ese apretón de manos.
Y así continuó la vida de estos personajes.
El tiempo transcurre, inobjetable y no es nada nuevo, para uno de una manera, para otros, de otra. Mariano y Roque más amigos que nunca.
-Mariano, el domingo festejamos nuestro día nacional y te invitamos a almorzar, todo el país de fiesta en la que debes participar y qué mejor que en familia.
-Gracias Roque, antes del mediodía estoy ahí con unos buenos vinos…
-Jajajá, no es mala la idea.
Llegó el feriado, Mariano vestido de diez, se presentó ante una familia tan agradable que en silencio se le ocurrió pensar: decisión equivocada la que tomé aquella vez. Esto me llama a la reflexión: me encuentro en el antes y el después.
Pasó el tiempo del almuerzo, café, licor algo dulce y una velada inolvidable. Al término, me despedí con agradecimiento a toda la familia.
-Esto sí que lo necesito, por eso no tengo palabras para justificar la actitud de ustedes. Algún día les contaré mi historia, porque como todos, yo también la tengo, de ahí en más ustedes podrán juzgarme a fondo…..Gracias, muchas gracias.
Pero faltaba algo más: una compañía. Roque magnánimo como siempre, me arregló compromiso con Fabiola su cuñada; ella sí que era una mujer singular. No la quería perder, era y es agradable en grado sumo. Vacilar o negarme hubiera sido imperdonable digamos considerando mi experiencia vivida. A su tiempo, en una reunión de familia, les conté respecto de mi pasado, no debían ignorarlo. Lo interesante es que no dudaron de la veracidad de mi historia.

*FIN DE LA HISTORIA

Como todas, esta ha llegado a su fin. Es mi deseo que les haya gustado, entendiendo que no da para más, el argumento principal está expuesto conforme a mi opinión.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe
Argentina – 28.06.2019.




DETERMINACION SABIA



*Sorpresas no da la vida, dice un tema musical y vaya si tiene razón.

Me identifico como Stornelli Germán, hoy con 75 años, resido en Paraguay con mi conviviente Celia del Mastro, su hija Leila de 35 años y mi hijo Rogelio de 36 años.
Somos residentes de la nación vecina  desde hace ya una buena cantidad de años,  tuvimos que refugiarnos por las razones que más adelante pasaré a detallar.
Estando casado con el mismísimo diablo con polleras, Lucrecia del Castillo, mi compañera de cama durmiendo con el enemigo, tuvimos un hijo al que bautizamos con el nombre de Rogelio.
Cuando el niño dejó la escuela primaria, ya daba muestras de gustarle la música. Se dormía con un pequeño aparato de radio, se conocía casi todos los ejecutantes de música moderna. Así fue creciendo y sus amigos generalmente lo consultaban sobre el particular. Al cumplir 16 años, le compramos un equipo de música para que oficie de disc-jockey.
En efecto, era desde joven un superdotado en cuestiones de musicalización. Hacía propaganda en la escuela, en el barrio y dejaba tarjetas en algunos negocios.
Así se mostraba, amén del boca a boca que circulaba en ciertos ámbitos.
A los 17 años, fue invitado por una joven que quería festejar sus quince años con todo, especialmente con música de onda como los jóvenes mencionan. Fue con su amigo Iván a una residencia espectacular, fueron recibidos por la niña Leila y por su madre Celia, acordando todo lo inherente a la musicalización pertinente. Se acordó también el vals inherente a esa celebración.
-¿Quieres un adelanto Rogelio?
-No señora, creo tanto en su palabra como en la mía, gracias.
Llegó el día indicado, Germán acomodó el coche en el garaje para que los chicos pudiesen cargar el equipo amén de un corralito desarmable para impedir la entrada de intrusos, opinar y porque no, quedarse con algún cd. Costoso de elaborar con la música moderna que a cada día mostraba lo que más gusta a los jóvenes. Un juego de luces audio rítmicas titilando al compás de los temas seleccionados.
Llegamos a la residencia, ingresamos con apoyo de una doméstica, nos instalamos en el salón preparado al efecto. Un impresionante adorno en todo el ámbito. Los chicos armaron todo y fue ahí cuando yo me retiré del lugar.
-Rogelio, cerca de las dos de la mañana los vengo a buscar.
-Hola pá, la madre de Leila me pidió una hora más de música. Me ofreció pagarme bien, pero yo no quiero, no acostumbro.
-De acuerdo.
En un momento Leila se acerca al equipo y pide bailar con Rogelio, el vals todo completo. Mi hijo vestía chaqueta marinera azul con botones dorados, pantalón blanco, camisa y corbata, zapatos negros, parecía un duque.
Bailaron y un conjunto de cámaras registraba la escena. Leila fue acompañada hasta la mesa.
Estábamos los tres sentados cuando apareció una dama que nos ofrecía bebida. Cuando me doy vuelta y pararme para recibir el convite, casi me desmayo, la dama en cuestión, era  mamá de Leila y antigua novia en mi juventud. Me dejó por un sujeto que a la postre, no era más que un delincuente, estafador, usurero que actuaba con dos ayudantes, delincuentes como él
 -Germán, ¿tú eres el papá de Rogelio?
-Sí, Celia ni más ni menos, las vueltas de la vida.
Luego Leila pidió bailar el vals completo conmigo y con Jeremías el amigo de Rogelio. Cuando me despedí de Celia, noté que algo me puso en el bolsillo superior del saco.
Cuando llegué a casa al quitarme las prendas de salir, retiré un pequeño trozo de papel con un número de teléfono y una leyenda que decía: llámame después de las 16 hs. si te da ocupado es porque está él. Si me llamas y levanto sin hablar es que no puedo atenderte.
Y así en la segunda vez la voz de ella:
-Doctor, ¿puede venir a visitarme ahora?
-Sí en quince minutos estoy ahí.
Gracias por venir, necesito urgente hablar contigo y pedirte perdón por aquella estúpida actitud mía al cambiarte. Me enceguecieron las luces de centro como se dice.
Me arrepentí mil veces o más, pero ya era tarde.
-Sí Celia, mal por partida doble, después conocí al demonio con faldas que me engatusó como los españoles a los indios con espejitos de colores. Y así me va. Pienso que cuando Rogelio cumpla la mayoría de edad desaparezco.
-Estoy en lo mismo, ¿a qué esperar?
-Dame uno dos días, haré un  viaje exprés a Formosa, para averiguar cómo está esa cuestión de afincarnos en Paraguay, allá se fue un  viejo amigo del que no he vuelto a saber nada. Cuando regrese te hablo, mientras tanto ten preparadas dos mochilas con las prendas más imprescindibles, documentos y una constancia judicial de buena conducta, no te van a preguntar para qué, en todo caso diles que piensas hacer un viaje, acta de nacimiento legalizada de Leila, algo de papeles de la escuela.
Así fue, Germán se acercó al puente aduanero, y lo primero que hizo fue hablar con un vendedor de diarios. Con unos billetes en la mano, averiguó como podían pasar cuatro personas, dos menores y dos mayores, destino Paraguay.
-Señor acompáñeme, veremos al colorado Walter, el botero que cruza por izquierda, serio y responsable ¿vamos?
-Sí, por supuesto, tome esto para usted.
-Oh muchas gracias.
-Walter, estos amigos necesitan cruzar, pagan bien, llévalos primero adonde tú sabes.
-De acuerdo, hasta la vuelta.
-Amigos, mucha suerte.
-Gracias a usted.
Se apersonaron a Migraciones y lo atendió en Mesa de Entradas quien habló con el conocido:
-¿Quieres hablar con Vergara?
-Sí, por supuesto.
Llega el mencionado y el falsificador le habla respecto de estas cuatro personas argentinas.
-Encantado señores, necesitan la visa, para eso no hay problemas o ¿quieren hacerse ciudadanos paraguayos?
Hablaron entre ellos, luego se acercaron al mostrador y dieron el sí.
 -Bueno señores: bienvenidos a nuestro país, aguarden un tiempo y les entrego la documentación, mientras tanto me dirán cuáles eran sus ocupaciones en aquel país, o en todo caso que otro conocimiento tienen.
-En primer lugar mi esposa, ella es profesora y traductora de inglés, acá puede ver los diplomas. En segundo lugar mi especialidad es Técnico en sistemas computarizados, programador, facturación y todo lo inherente al Software.
-Pero esto es un verdadero hallazgo ¿puede hacernos una demostración?
-Sí por supuesto, pero primero quiero ver algún programa de los que ustedes usan a diario.
En efecto, el funcionario le puso un compacto en una lectora y Germán comenzó a observar con detenimiento hasta que…
-Señor, usted sabrá disculparme, pero si este sistema usan ustedes, están muy atrasados, es muy anacrónico, lo dejo así, tomo otro CD e invertiré el sistema, será completo veloz y aprovechable al máximo.
-No lo puedo creer, ¿usted mejorará todos los sistemas? Sí es así, queda ya contratado al igual que su señora, los niños podemos inscribirlos aquí cerca, en cuanto al hospedaje, los haré anotar por 60 días, mientras ustedes ya con sueldo podrán adquirir un piso en alquiler.
-Señor: ¿me permite usted hablar con el personal?
-Sí, a la hora del almuerzo.
-Señores, agradezco el recibimiento me han hecho, pero quedo quede claro, que yo seré el empleado de último término, no pretendo desplazar a nadie, pueden comer y dormir tranquilos. Solo quiero ser amigos de ustedes y viceversa; si están de acuerdo, en tiempo libre les enseñaré la mecánica cuyos conocimientos poseo. Con respecto al compromiso de mi esposa, ella organizará horarios de curso. Ustedes aplicarán la técnica de estudio y queremos que todos puedan aprender el idioma que entiendo puede ser muy útil en la labor que a diario llevan a cabo. Aprovechen¡¡¡
Habiendo llamado un hermano, me comentó que una sorpresiva noticia nos iba a conmover: la policía y la justicia habían descubierto las fraudulentas maniobras del esposo de Celia, amén de un cúmulo generoso de evasiones impositivas con la complicidad de dos sujetos. Fue arrestado pero tuvo que abonar una suculenta fianza para lo cual necesitó hipotecar la residencia, herencia de sus padres. Está tirado durmiendo en rincones de la estación junto a perros abandonados. Es todo por ahora. Como era obvio, lo comenté con Celia cosa que quedaría entre nosotros. Respecto de mi ex mujer no supe más nada, allá ella. Contenidos como corresponde, tanto Leila como Rogelio, seguían en la escuela con nuevos amigos que se habían solidarizado con ellos. Haber tomado semejante decisión: determinación sabia, gracias a Dios. Un peso enorme nos sacamos de encima.
Radicados, empleados y liberados de aquella enorme piedra de tropiezo continuó nuestra vida que se había constituido en una determinación sabia.

*Hasta acá amigo lector, como de estilo son mis deseos les haya gustado. Hasta otro encuentro.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe
Argentina- 30.06.2019.








viernes, 28 de junio de 2019

.ES VERÍDICO




Generalmente las historias que aquí cuento, a veces se inscriben en la realidad, otras en la fantasía. Esta se trata de un hecho real, si lamentablemente como lo digo, y deseo compartirlo con mis amigos lectores.

Hoy con 81 años, viuda con muy buena salud, con hijos nietos y pronto, biznietos.
Paso a relatar mi historia que a la luz de lo que me recientemente me aconteció, no hubiera querido contarla.
Voy al comienzo de una larga historia de vida.
-¿Me permite este baile señorita?
-Sí claro joven.
Al compás de la música de entonces, con orquestas típicas, características o de jazz, pasábamos buena parte de los fines de semana. Éramos cinco inseparables amigas que al llegar el fin de semana preparábamos los atuendos muy vistosos como el peinado y el calzado por aquellos tiempos. El hombre impecablemente vestido con traje y corbata, zapatos taco y punta bien lustrados, cabello impecablemente peinado, no existía el hombre dejándose la barba como allá lejos y en el tiempo. Tres piezas como se llamaba- de cada género- un descanso para propaganda y así durante toda la velada. Cuántos casamientos habrán comenzado en el baile, cuántas lágrimas, alegría, risas y el inevitable comentario al regreso a casa, muchas veces caminando una buena cantidad de cuadras sin riesgo alguno. Pero quedó muy atrás. Ustedes conocen lo que hoy se acostumbra. A esperar otro fin de semana o algún día festivo en medio de ella y al pic nic o al baile a la noche. El hombre no podía ingresar a la pista en mangas de camisa. Ni se arrimaba. Una historia muy larga que me hará perder la esencia de lo que quiero contarles.
-Bueno señorita, su nombre por favor.
-Amalia es mi nombre, Rivero mi apellido, ¿y el suyo?
-Roberto, Ramírez, un servidor.
-Roberto, ¿vendrá el próximo domingo?
-Quiero darlo por descontado, aunque como dice el tango...cómo son largas las semanas……¡¡¡¡
-Sí, es cierto, bueno Roberto nos vemos pronto.
-Hasta pronto Amalia.
Amalia trabajaba en un taller de confección de trajes para una afamada sastrería céntrica.
-¿Cómo le quedará este saco? ¿y este pantalón?. Hermoso color junto al chaleco. Qué bien viste Roberto, ¿a qué se dedicará?
Inevitablemente llega el domingo, hora señalada, el galán esperado por Amalia llega a primera hora. Un saludito a la distancia, las chicas amigas de ella codeándose al verlo entrar. !!!Qué tiempos aquellos¡¡¡

El tiempo no se detiene inexorablemente, las hojas del almanaque van cayendo, las suelas de los zapatos también, las etapas de la vida se van quemando, algunos con pocas recorridas, otras con muchas, otros ya en el ocaso de la vida. Siempre fue así desde la Creación.
Estos jóvenes a ojos vista, estaban destinados a unirse en matrimonio y así fue. Boda por iglesia, anillos y promesa de amor imperecedero. Unión civil, lo mismo: hasta que la muerte los separe. Y una vez aconteció, pero eso fue muchos años después.
Habíamos dicho que la dama trabajaba en un taller de confección de trajes para hombres, prenda inevitable de usar. Era como una obligación, no se concebía un señor sin ese atuendo.
-Pasaron algunos años, la sastrería sentía el inevitable aluvión de la moda y los requerimientos del traje, chaleco incluido, iban camino si bien no a la desaparición pero sí, al uso limitado a ciertas especialidades, bancarios, médicos, políticos, alguno que otro periodista de tv. y agentes de propaganda médica. Tocante a Roberto, él trabajaba en una editorial, que no tenía problemas económicos, siempre había trabajo, siempre publicidad. El sueldo no era de los mejores, pero el trabajo a pleno.
Monotonía como siempre, el mundo seguía andando, los chicos, Clotilde, Octavio, Lucerna y el más chico Luciano, ya transitando por la disciplina primaria, eran menores todavía.
Llegaría un día en que Amalia aguardaba con impaciencia la llegada de su esposo para transmitirle una novedad que lo dejaría expectante: se había encontrado con una vieja amiga de la infancia a la que hacía bastante tiempo no veía. Y así fue el comienzo de la novedad.
-Hola Amalia, qué chico es el mundo, después de tanto tiempo volver a encontrarnos.
-Sí, no hay duda alguna, una inmensa alegría. Venga ese beso y abrazo tan necesarios en tiempos difíciles. De Zara hablo.
-Amiga tengo que comentarte algo, vamos a ese bar y charlamos un rato. En realidad, es un poco aventurado hacer planes así tan complicados. Es que ya con Adelmo hemos decidido irnos del país, precisamente a los Estados Unidos de Norteamérica para trabajar. El oficiaría de barman y adicionista- siempre su oficio- yo como ayudante de cocina por las mañanas y camarera o mesera desde el mediodía hasta cerca de la medianoche. El propietario del restaurante tiene por los argentinos una especial consideración, los conoce trabajadores y responsables. Les da- en principio- dos habitaciones, una para ellos, otra para los chicos, solo hay que hacer un biombo de separación entre los menores, hasta que una vez registrados, aguarden la entrega en bajo alquiler, de un departamento en una de las tantas torres, construidas o a construirse. También les consigue la visa de manera de no ser inmigrantes ilegales. Ya estamos ultimando detalles, como estamos alquilando una casa amueblada, son pocas las cosas para llevar. Ya obtuvimos los pasaportes, dinero para el viaje tenemos bastante, solo falta un poco que aportará mi hermano Carlitos.



-Mira que bien¡¡¡, cuando te vayas avísame para despedirnos con una cenita en casa, te parece bien?
-Sí por supuesto, ya te avisaré, iremos a saludarles cuando tengamos todo preparado.
Llegó el día, se reunieron y despidieron.
-Amalia, si ustedes están de acuerdo, veré la posibilidad de ubicarlos allá, piénsenlo y me avisan, estoy convencida de que nos irá bien. Ustedes verán con el tiempo.
Así fue, Zara y Adelmo con sus hijos partieron cargados de expectativas, se ubicaron en el Norte de América, Estado de Ohio. Tomaron el trabajo aludido anteriormente, a cada uno en su puesto. Los chicos fueron inscriptos en un colegio público al que iban y volvían en un micro dispuesto por el establecimiento escolar.
Habiendo pasado casi un año, las comunicaciones telefónicas entre las amigas, era una constante. Zara y Adelmo estaban tranquilos y mostraban entusiasmo.
-Amalia, no te niego que extrañamos aquello, pero acá no nos preocupamos por la falta de trabajo y la inseguridad, esta es una constante en los lugares donde residen los mejicanos y los negros, vagos, delincuentes peligrosos, pero estamos lejos del estado donde residen.
-Tengo una novedad para contarte: hay algunos restaurantes que ocuparían a ustedes ya que tienen un particular apego por los argentinos. Ya nos han hablado.
-Piensen ustedes, tómense el tiempo necesario, ellos les aseguran trabajo, lugar donde residir y la visa correspondiente.
Entonces Amalia y Roberto decidieron acudir al Pastor Ibañez de un templo cercano a su domicilio y a quienes conocían.
-Queridos amigos: es una postura difícil tener que decidir respecto de algo tan complicado. Es para mí un compromiso, pero trataré de ubicarme en el punto medio del equilibrio. Imaginen una balanza de dos platos: en uno, una pesa liviana, en el otro un detalle de todo el pro y los contras que aparecen para decidir. Para el equilibrio, se necesitan muchos argumentos. Pero para hacérselo más fácil, les daré una opinión: 1º- averigüen con sus patronos la seguridad o continuidad de sus actividades laborales, si les habla de reducción con cesantías o probable cierre, ya está todo resuelto: a irse.
Para el caso de que decida irse, lo harán, pero si vuelven me comprometo a que por un tiempo vivirán en la casa pastoral o en algunas de las habitaciones contiguas al templo, mientras me contacto con amigos para que consigan trabajo.
No se hicieron rogar, partieron a con su amiga Zara, ocupándose en tareas gastronómicas como ella lo hacía. Estuvieron unos cinco años y decidieron volver. Hasta que se independizaron aceptaron temporalmente las comodidades que le ofreció el pastor. Es ocioso seguir contando, se rearmaron y a vivir en el país natal de nuevo. Años después, Roberto partiría de este mundo, dejando a Amalia con sus cuatro hijos- dos mujeres, dos varones. Estudiaron, trabajaron, contrajeron

matrimonio las dos mujeres y uno de los varones,  Luciano el otro hijo hizo pareja con una mujer que tenía un hijo pequeño, con ella estuvo unos doce años hasta que ella comprobó que la engañaba, fue así que lo echó de la casa, poniéndole una valija con sus ropas y arrojándola debajo del porch de la casa donde residían. Para que él no pudiera ingresar, cambió la cerradura. Luciano no tuvo más remedio que irse. Se alquiló una habitación y estuvo desesperado un tiempo, hasta que conoció por la red social a una mujer que dijo estar soltera haciendo tareas de mucama en un hotel en una localidad bastante distante de donde Luciano residía. Él le pidió amistad y algo más, enviándole una fotografía. Ella lo aceptó, él se fue. Casi a diario se comunicaba con su madre y hermanas, hasta que un día…no respondiendo a las llamadas telefónicas y sospechando algo raro, una de ellas decidió viajar al sitio donde Luciano dijo que residía. Recién allí, la hermana comprendió el silencio puesto de manifiesto. Luciano se había quitado la vida, el departamento totalmente cerrado y un olor nauseabundo provenía de dentro de alguna de las habitaciones, acudió primero a la policía y luego dispuso la presencia de un cerrajero, quien abrió la puerta y el cuadro fue desgarrador, buscaron pruebas determinantes de su decisión…nada, ni una carta. La ropa dando muestras de un descuido total. Quedó a cargo de la policía investigar  si la mujer a quien había conocido tenía responsabilidades en el caso, lo que sí dio pautas de que algo raro había ocurrido, fue encontrar el vestuario de Luciano, en completo desorden: camisas sucias, algunas faltándole botones, pantalones arrugados, un conjunto de muestras de que ella quizás no se ocupaba de él. La hermana, con autorización judicial, dispuso la cremación del cuerpo y su sepultura en una necrópolis cercana al lugar de residencia de la familia. Un misterio total el hecho de la mujer no se interesó en hacer buscar a la supuesta concubina de Luciano, un misterio total. ¿Ocultamiento de algo extremadamente irregular respecto de la conducta de aquella?

*Bueno amigos, más allá del dolor por la irreparable y misteriosa partida de este hombre relativamente joven, es todo lo que sé y expuse en la presente obra sujeta a la verdad de quien me acercó la historia, persona de la más absoluta confianza mía. Ojalá haya sido de su agrado la narración, no el hecho en sí mismo. Hasta otro encuentro.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe
Argentina- 13.10.2018.




ESTRÉS+ DEPRESIÓN




Me llamo Mariana Robles, 49 años de edad, divorciada, sin hijos.
Trabajo en una inmobiliaria, como Tasadora y a cargo del rubro Alquileres. Una enfermedad pertinaz vino a tronchar mi carrera. Estoy con licencia médica prolongada. Su grado extremo me imposibilita salir a la calle. Todo aquel que la ha padecido o la padece aún en grado menor, pierde la capacidad de poseer voluntad. Cerebro deprimido no ordena. Carece de voluntad. Quiere estar permanentemente en cama, nada le importa. Lo mío es inenarrable. Estoy asistida por un psiquiatra de renombre. Alega que la depresión junto al estrés como primer atacante, son los males del siglo. La sumatoria prolongada del primero como primer atacante, provoca por lo general la depresión. Cuadros leves de él suelen quedar en el tiempo y no manifiestan una eclosión. Subyacen en el individuo. Mi médico intenta con medicamentos varios, soy un conejillo de indias. Consulta tratados médicos, además se ilustra con publicaciones específicas, asiste a congresos. Simultáneamente me recomienda que yo aporte una cuota de ayuda para lograr apuntalar una terapia capaz de sacarme del pozo de la depresión. Dispuso para mí la presencia de una acompañante terapéutica para que estuviese permanentemente a mi lado. Estaba en una obsesiva actitud de hacerme volver al mundo de los seres normales. Pero seguía fracasando en todo el desafío en el que se hallaba empeñado. La dolencia pesaba pero no mi memoria, mi lucidez se hallaban funcionando normalmente.
Yo solo encontraba alivio estando acostada en cama aunque sufría porque entendía que el otro mundo giraba en derredor mío. No podía leer, ni ver televisión, radio ni hablar. Quería permanecer con los ojos cerrados y sufría. Mis amigan me visitaban, me invitaban a salir para caminar o nadar, pero yo muerta total. Lo que no había perdido era el apetito, pero luego del almuerzo o cena, a la cama. A veces por la tarde me sentaba en un sillón con mi acompañante, ella me hablaba, yo escuchaba mirándola, al rato le contestaba con monosílabos. Mi médico me visitaba a veces con colegas. Me enteré que estaban interesados en mi patología.
Un día, finalmente el psiquíatra me propuso practicarme una cura (intento de cura por el sueño: hipnosis). Habló con una de mis hermanas quien autorizó tal práctica. No hubo inconvenientes. Fui internada en la clínica donde funciona el consultorio de mi especialista.
Comenzó la sesión 9,45 horas.
Me hizo acostar en una camilla, pidiéndome una relajación total con los ojos cerrados, todo lo muscular totalmente distendido. La mente en blanco. A partir de allí solo escucho su voz que se va apagando paulatinamente. Hoy no la recuerdo.
Me llamo Cristina Tapia, 55 años, casada, esposo y tres hijos: Manuel (Asistente terapéutico), Mauricio (electricista), América (estudiante de Bioquímica). Mi esposo. Federico, bancario. Una hermosa familia….felices y muy unidos. Los chicos con algún compromiso de noviazgo. Todo en orden.
A veces me pregunto: cuánta pena da el saber que existe tanta gente enferma, pequeñas y/o graves dolencias. Tengo una amiga algo menor que yo, que hace tiempo no veo. Mariana su nombre. Se había casado pero su matrimonio fue un verdadero fracaso. Además no tuvieron hijos. Según me dijo, no era feliz en su estado civil, acusaba a él de ser un mediocre, timorato y pusilánime. No tenía iniciativas. Frío e indiferente, todo le daba igual.
--Mariana!!!
--Hola Cristina, tanto tiempo sin vernos.
--Sí, es cierto. Ha pasado demasiado y claro en ese lapso en lo que a mí respecta, mi vida ya no es la misma, ni parecida a la que en aquel momento en que nos vimos. Un día el hastío, la rutina,  me agotó. Dialogué varias veces con él, pero era como predicar en el desierto, no contestaba, se limitaba a escuchar y mirar nada más. Nos acostábamos, me daba la espalda y a los pocos segundos roncaba como bestia. Yo  en la oscuridad mirando hacia el techo pensando que el silencio me diría algo.
Un día, me encuentro con Raquel Manrique, la recuerdas?. Le conté lo que me pasaba y comenzó a lavarme el cerebro: el Tentador con forma de mujer.
..Oye Mariana: hace bastante que no nos vemos, te noto avejentada, maltrecha, qué te pasa?
Estúpida como siempre le conté mis pesares.
--Pero decime idiota, a esta altura  aguantando a ese babieca, tomátelas o que se vaya. Cómo vas a quemar tu vida tan luego vos que siempre fuiste una flor de mina, no te lo mereces.
--Mira te hago una invitación: Los viernes nos reunimos varias amigas en el bar Star Garden de Salta y 25 de Mayo a las 21. Hs. Cenamos, luego bailamos. Avisale que te vas a reunir y si consigues tu libertad, te esperamos. Haz lo posible por estar.
El jueves le comenté a mi señor, a lo que me respondió: Anda, me da igual.
Así qué te da igual?
Comencé el viernes con los preparativos para mi primera y atrevida gran noche. Lo saludé con la mano y me contestó el saludo sin dejar de leer el periódico.
--Hola chicas.
--Hola en coro. Eran cinco en total, entre ellas Raquel que se abalanzó sobre mí y me expresó:
--Hurra, lo lograste!!!. Creo que no dejarás esto, vas a ver.
Cenamos y b rindamos. Luego la danza. Evidentemente era un sitio propio para enamorados. Media luz, luces que titilaban al ritmo de la música. Todas fueron invitadas a bailar, evidentemente se conocían. Quedé sola, pero un rato nada más, ya que se arrimó un señor que estimaba yo tendría unos cincuenta años.
--No puede, no debe quedar sola.
--Me siento cómoda mirando a los demás.
--Mirando sí, pero disfrutando no creo.
Me sentía fuera de lugar. Evidentemente había perdido el fragor de la juventud. Pensé: mi lugar, a pesar de todo, es mi casa.
--Bailamos?
--Intentaré hacerlo, estoy fuera de entrenamiento.
--No importa, la música lenta si agrada la compañía, nos lleva, nos transporta, nos gratifica y aporta justicia a las almas desoladas. Uno se siente transportado a un mundo casi irreal, un mundo que siempre debería ser así. La felicidad se nos niega y nos revela. Tratemos de olvidar.
Cuán diferente era Daniel, todo ternura, aunque en ese momento lo consideraba un vulgar hipócrita. Escuchándolo me sonaba a canto de sirenas. El mío ni siquiera en sueños.
Daniel me invitó al jardín. Me embriagué con champagne y ahí comenzó mi papel de adúltera- Besos, abrazos, caricias y………a su departamento. Así por un tiempo inolvidable hasta que le pedí el divorcio a mi marido. No me fui de casa pero visitaba a Daniel bastante seguido. Porqué hablo en tiempo pasado?. Daniel fue embestido en una carretera, por un pesado camión que salió de su carril yendo a embestir su coche, perdiendo así la vida. No lo podía creer, otra vez el maldito sino que me atormenta mediante la fatalidad. Me puse mal, nada ya me importaba. No hay forma de elaborar el duelo. Ya es demasiado. Raquel al fin se porto bien conmigo, me acompañó a visitar a una vidente. Me hizo sentar. Todo lo que Usted me cuenta, lo escribí antes que hablara, para que no dude respecto de mi capacidad sobre cuestiones que  trastornan a las personas. Ella seguía escribiendo, yo en silencio.
--Bueno cuénteme, dijo.
--Luego agregó: pues bien, lea lo que escribí. Sorprendida le entregué el papel, confirmando que no se había equivocado.
--Mariana, usted necesita un psicólogo pero no uno cualquiera, el grupo al cual pertenezco, tiene un equipo al que le tengo mucha confianza. Trabajan en forma mancomunada y con nosotros.
--Bueno, Usted se ocupará de alguno que tome mi caso?
--Sí, aguarde.
--Hola, buenos días. Soy el Licenciado Lucas Gorostiaga. Envíeme por fax los antecedentes de su recurrente.
--Buenos días Mariana, bueno ya sabe quién soy. Si está de acuerdo comenzaremos mañana con las sesiones. Sabe porqué?
La medicina psiquiátrica actúa sobre la parte dañada del cerebro. Su médico está encarando bien su terapia pero dentro de su especialidad. Eso solo no garantiza que el alma pueda recuperar el terreno perdido. La psicología en cambio, debe reeducar el cerebro. Es como si le enseñara a caminar de nuevo o a hablar. Eso que es fundamental, le falta para que la terapia de rehabilitación sea completa. En suma: de rehabilitación le hablo.
Comenzamos mañana?
--Sí, de acuerdo.
--Hola Doctor, buenos días.
--Hola Mariana, durmió bien?
--No quiera imaginar lo bien que me siento, como nunca.
--Bueno, mejor así.
--Me voy a incorporar. Hurra, me siento mucho mejor, diferente a antes de quedarme dormida.
--Mariana, Usted habló todo el tiempo y hasta repitió el diálogo con todos los que intervinieron en el sueño, en esa otra dimensión. Esta todo grabado y formará parte de su historia clínica, privado por cierto.
--Dígame Dr. Que camino piensa tomar desde ahora?
--Mariana: nunca en la vida se termina de aprender. El tratamiento psicológico lo iba a prescribir más adelante. Pensaba en un milagro antes, aunque no creemos en eso ni en los íconos religiosos o la medicina alternativa. Otro camino a recorrer. Apelaremos al psicoanálisis y quien nos dice que transitaremos el camino correcto. la búsqueda de respuesta a través del sueño inducido nos ha dado una señal.
--Pero me atrapó lo que dijo el Licenciado Gorostiaga respecto del psicoanálisis como terapia complementaria inmediata. Como médico he recibido una lección.


Oscar
Rosario, Pvcia. de S.Fe.
26.01.2015