martes, 12 de octubre de 2010

DESENFRENO AL VOLANTE

La conducción de un vehículo también forma parte indiscutible de la conducta del hombre.-
Conducción y conducta: Diferencias, sí.-
Desde buena parte del tiempo, el rodar de un vehículo impulsado por un motor motivó asombro/admiración y, porqué no, temor.- El hombre de la primera época de este invento sin precedentes en la historia por entonces, obviamente no estaba acostumbrado a verlo rodar por las calles, tildando al tripulante de osado e irresponsable.- Poner en peligro a los viandantes como a sí mismo, configuraba una hazaña.-
Pasa el tiempo, sobre la base del prototipo, se va produciendo paulatinamente el desarrollo de modelos de avanzada para cada época.-
Aparecen distintos fabricantes, innovación en mano, nuevos modelos de motores y carrocerías van poblando el mercado, donde ya se los mira como elemento de movilidad, para lo cual no se precisa ser intrépidos ni mucho menos.- Ya por entonces se destacan como imprescindibles para diferentes menesteres.- Comienzan a aparecer para todos los gustos, necesidades y posibilidades económicas.-
Una revolucionaria industria está en marcha con el agregado de otras que aportan diversos componentes no elaborados por el establecimiento generador de la mayor parte del vehículo.-
El combustible propulsante marca el comienzo de la manufactura de un producto de cuya magnitud en cuanto a su uso ni se soñaba.-
Los tiempos traen consigo un notable avance que aporta cada vez más, una tecnología digna de aquellos pioneros quienes y permítaseme recordar a Julio Verne, aquel avanzado que hizo a través de la imaginación que la fantasía se transformase en realidad.-
La producción de las plantas automotrices se ha venido acrecentando a pasos agigantados tanto en Oriente como en Occidente.-
Los requerimientos son cada vez mayores: seguridad, velocidad, comodidad y capacidad, un conjunto que los tiempos modernos no pueden soslayar.-
El aumento poblacional, hábitos de vida diferentes a otros tiempos, posibilidades económicas, etc. etc. contribuyen a incrementar demanda /producción, lo que no se corresponde y ahora el quid de la cuestión, con la posibilidad de desplazamiento particularmente en grandes centro poblados.-
Acá una detención obligada para tomar aliento, graficando de algún modo aquella expresión.-
El avance tecnológico se fue por encima, vale decir, se llevó por delante la superficie determinada para la circulación de los vehículos automotores, con lo cual el tránsito de estas unidades en exceso, crea un verdadero caos en las arterias, máxime cuando al conductor no le preocupa un ápice vacilar respecto de las normas de tránsito.-
Consecuentemente y referido a lo dicho en párrafo anterior, ha sido creado y cada día ampliado, un conjunto de reglamentos como para uniformar la circulación y consecuentemente tanto la preservación de la seguridad de conductores como de transeúntes.- A los primeros se les han dictado cursos a fin de concientizarlos para su comportamiento frente al volante.- Simultáneamente, la existencia de un código para la seguridad en general, marca las pautas a fin de obrar en consecuencia.-
En uno de los párrafos anteriores hago mención entre otras, a la velocidad.- Creo oportuno señalar que esta posibilidad no se habrá generado para hacer uso de ella en todo momento, se descuenta.- Pero no es menos cierto que la gran mayoría y solo voy a referirme a lo que más nos toca de cerca, hace de ella como un deporte favorito, vaya donde vaya y lo haga en todo momento y lugar.-
Precisamente este tópico merece toda nuestra atención habida cuenta que la crónica policial nos informa respecto de accidentes en donde la velocidad, la impericia, el alcohol, el sueño, contribuyen sobremanera en la magnitud de los daños y lo que es más grave aún, las alarmantes cifras de pérdidas de vidas humanas o invalidez permanente.-
Una cuestión que amerita ser considerada seriamente, y que prácticamente la mayoría de los conductores, toman para sí, es decir, se apropian de algo que no cierra del todo, cual es aquella indebida práctica de no respetar elementales normas de seguridad, en donde está en juego el derecho de los demás.-
Se apela a todo tipo de recurso con el propósito de atemperar el ánimo de estos sujetos avenidos a competidores del tipo de aquellos que participan en la disciplina pertinente.- El agravante consabido, frente al volante toman como pista de carrera cualquier cinta asfáltica por la cual les toca rodar.- El punto es llegar, pero no, como si condujeran una ambulancia en servicio.- A qué viene tanto apuro?...inexplicable.-
Las autoridades que regulan la materia, disponen medidas con la añadidura del correctivo correspondiente para el caso sean infringidas, tendientes a desalentar, aquel tipo de actitudes; radares, semáforos (comunes o con cámara fotográfica - inteligentes), lomos de burro (aunque sin identificar), vallas en las veredas de las escuelas, campañas viales.- Más aún, la permanente difusión televisiva o periódica respecto de accidentes cruentos, que ponen en evidencia inequívoca señal de una irresponsabilidad tal que rebela pensar que un ser humano pueda sufrir una transformación antes de abordar su vehículo y al momento de conducirlo.- Tiene que haber una razón por lo menos para mí desconocida; sólo la ciencia en este caso la médica? tiene quizás la respuesta.-
En otras partes del globo, existe un reglamento a través del cual se otorga prioridad de paso al peatón, so pena de sancionar severamente (pero en serio), a los infractores.- Claro, es muy probable que a los viandantes se le otorgue tal concesión - privilegio? - habida cuenta que hacia donde se dirijan, lo tengan que hacer de a pie, diligencias, camino a la parada de autobuses, etc.- Sensatez en la medida que es ni más ni menos que asegurar en buena medida, por lo menos a alguien.- En nuestro nunca bien ponderado país, es al revés, máxime cuando los automovilistas se están aproximando al semáforo; es ahí cuando el acelerador se va a fondo vulnerando con creces y alegremente el máximo de velocidad existente.- Y el control…bien gracias….-
Tendremos que aceptar que las reglas de juego pareciera que son deliberadamente dejadas de lado con una indiferencia tal que poco o nada les interesa el derecho de los demás.- Actitud desaprensiva si la hay.-
Las autoridades se limitan a dictar normas con una tibieza que desconcierta.- Está a punto de salir una reglamentación nacional de tránsito…será una caja de Pandora?.-
Los límites de velocidad tanto en carreteras como en centros poblados están exageradamente dispuestos en relación con la manera de pensar, sentir y obrar de aquellos que tienen la responsabilidad de cumplirlos.- No se le encuentra la vuelta, no hay forma ni modo de contenerlos.- La calle es de ellos y lo que es más grave aún, que en casi todos los casos, quienes tienen a su cargo la difusión de graves accidentes, lo que por regla general sobresale con una pretendida actitud del típico justiciero, es achacar responsabilidades o al estado del piso de las carreteras, la falta de iluminación y/o semaforización o cualquier otra excusa banal, pero relativizan vergonzosamente las falencias que desnudan los conductores y o los vehículos protagonistas incuestionables de tales hechos.- Será una constante coyuntural aprovechar la oportunidad para criticar una inacción por parte del gobierno nacional o provinciales o a los concesionarios del sistema de cobro de peajes.- Triste, verdad?.-
Tengo la impresión que hay una muestra de incapacidad por parte de todos los que acceden al poder político, ya de tipo proverbial, que no saben disponer una batería de medidas acordes a las reales necesidades.- Las que disponen no surten efectos ya que no son tenidas en cuenta por los responsables quienes literalmente se burlan de ellas.- Éstas requieren de la participación judicial.- Porqué?: muchas o casi todas, son en mi opinión, infracciones no solo de tránsito; estoy convencido que mi opinión se basa en un principio de lógica.- El Derecho se creó, según he leído, para defender a los más débiles; cuando aquellas transgreden con holgura elementales normas de convivencia, comprometen sin lugar a dudas el derecho de los demás- No sería aventurado entonces, destacar que estos señores (con minúsculas), transitan con indolencia por un camino con incuestionable cuota de delito.- Aquel que de una forma u otra, con un insensato proceder lesiona en mayor o menor grado intereses de terceros, no es difícil imaginar que está cometiendo perjuicios punibles.- En consecuencia, intervención judicial, sí o sí.-
Ahora sí, como opinión personal y, a despecho de los que piensen de otro modo, será hora de que de una buena vez prime el sentido común y se adjudiquen las culpas a quienes verdaderamente las tienen.-
Viene a cuento aquello de no cortar el hilo por lo más delgado, aplicando con todo el peso de la ley el principio de cortar por el nudo gordiano sin más trámites y sin más dilaciones.- Dejemos de lado aquello de buscar culpas a tontas y a locas, como el quijote frente a los molinos de viento, y no poner tanto el acento a veces con aquel trillado: carecía de licencia para conducir, como si esta forma de documento le otorgara aptitudes a la hora de sentarse frente al volante…y me remito al título: haciendo gala de desenfreno, utilizando la posesión de la licencia en cuestión para hacer lo que se le venga en gusto y gana y sufrir la transformación a la que aludía anteriormente.- Se preguntaron alguna vez, cuando accidentes con diversos resultados fueron protagonizados por energúmenos “habilitados” para conducir?...y entonces?
Autoridades, por favor, a poner los pies sobre la tierra, no sea que a ustedes también alguna vez se los lleven puestos algunos desenfrenados al volante.-


Oscar - 12.10.2010.-

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