lunes, 25 de octubre de 2010

LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

Un tema significativamente serio si lo hay, inherente a todo aquel que se constituye en padre (naturalmente y aunque no ha menester no he de dejar de mencionar el lado femenino de la cuestión).-
Padres se es por un embarazo no deseado o por el contrario el resultado de una relación hombre/mujer perfectamente conscientes de lo emergente de una unión de especiales características determinantes en principio, de una concepción.-
Sea cual fuere el nacimiento de una o más hijos, su educación es fundamental para el futuro.- Hago hincapié en que me estoy refiriendo a la condición social de los protagonistas.- Sea cual fuere ella, los principios morales y éticos no deben abandonarse o desairarse jamás.-
Pero, el invariable pero, nos obliga una vez más al análisis de rigor.- Desde siempre, el hombre está signado por un derrotero de infinitas acciones negativas que más se hermanan con el mal que con el bien.-
Consecuentemente, su propia educación viene precedida por cantidades incontables de deplorable conducta que han dejado inequívocas señales de falta de credibilidad no solo en sus acciones sino que también en sentimientos y pensamientos que no han contribuido en la conformación de un universo pleno de felicidad.- Hoy asistimos y desde una infinita lejanía a un panorama nada halagüeño.- Podemos aspirar en consecuencia, a una educación harto positiva, toda vez que nuestros antepasados ensoberbecidos por el afán de posicionarse en la cima del poder no solo económico, no han trepidado en sembrar a su paso no los mejores ejemplos de moral precisamente.-
Salvo muy contadas excepciones, le dirigencia religiosa cual fuere su doctrina, no escapa a lo antedicho.- Una en particular “seguidora” de la filosofía nunca superada, no ha predicado precisamente con el ejemplo, no lo hace hoy tampoco (tal vez alguna vez haya surgido aquello de: haz lo que yo digo, pero no hagas lo que hago), forma de teoría nunca desmentida, ni mucho menos reivindicada la institución.-
Será cierto o tal vez una falacia de aquellos que no comparten con sus ideales o “vocación” religiosa.-
Esporádicamente aparecen en la historia quienes pretendieron dejar incuestionables muestras de moral y buenas costumbres.- Es evidente que sus esfuerzos no fueron tenidos en cuenta precisamente, tal pareciera que no fueran habitantes de este planeta…o tal vez sí…
La falta de escrúpulos en los procedimientos nos deja un triste legado, bases no cimentadas como debiera haber sido; se ha hecho y se hace un uso y abuso del libre albedrío.-
Nos preguntamos: si venimos arrastrando un pasado censurable en sumo grado, no es fácil ejercer supremacía sobre los hijos, particularmente cuando éstos crecieron un poco y se encuentran frente a una realidad incontrastable; están en edad de razonar y lo que es más grave aún, tal vez en condiciones de decidir.- No nos olvidemos que la calle y los medios juegan un papel determinante muchas veces de una educación que no se corresponde a las primeras de padres y maestros.- He escuchado alguna vez a jóvenes con algún dejo de razón con el consiguiente condimento de rebeldía, respecto de la “herencia” de mando que les dejan sus mayores.- Por regla general los padres tenemos como norma concientizar desde la lactancia a nuestros hijos respecto de diferenciar entre el bien y el mal.- Lo normal es que la sociedad toda debe proceder de la misma manera, obviamente por el camino que traza la moral y las buenas costumbres.- Sin hesitar, educar conforme a parámetros que no transgredan aquellos principios que son pilares básicos para la formación de personas que son moralmente sanas.- Pero no cabe duda alguna que como base fundamental, el buen ejemplo debe partir desde el educador, corrigiendo toda desviación que ponga palos en la rueda de quien tiene a su cargo tan noble tarea.- Una educación a nivel de lo que muchas veces se llamó de padres malos, es decir, no permisivos, pero que a la larga resultan ser aquellos que demostraron tener una visión por demás elocuente, a la hora de sentar las bases de un adoctrinamiento que en adelante no resista el menor análisis.-
Cuantos hijos que recibimos una formación basada en las más elementales normas de amor al prójimo- con todo lo que eso conlleva- estamos infinitamente agradecidos por entender que ha sido de la única manera el resultado de lo que hoy somos, independientemente de alguna desviación propia de aquel principio indicativo de que en ningún orden se adquiere el ciento por ciento de las enseñanzas.- Sin dudas recordarán las buenas intenciones de sus padres, faltantes tal vez ya.- Ojalá no se hayan arrepentido de no haber respondido satisfactoriamente a sus mayores.- Entonces qué podrán contarles a sus hijos y nietos respecto del desvelo de aquellos?.-
Padres, no dejen librado al azar la educación de sus hijos, no permitan por favor que ni la calle, ni las malas compañías, ni las repulsivas ofertas de ciertos medios de adicción (léase TV. e Internet), muy al alcance de ellos, los contaminen de manera tal que la situación no tenga retorno.- No creo necesario por conocido, abundar en consideraciones ociosas.- Vigilen, consulten, prevengan, repriman.- Quizás algún día ellos agradecerán, pensando en voz alta:… que gracias a haber tenido padres “malos”, hoy somos personas de bien.-


Oscar - 25.10.2010.-

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