sábado, 20 de mayo de 2017

EL DERECHO DE LAS PERSONAS

*Derecho:
Condición de la cual se hace acreedor el hombre a partir de su nacimiento.
*Deber:
Obligaciones que le competen.
Siempre se dijo que el derecho de uno termina cuando comienza el del otro. Cuánta verdad ¡Pero lamentablemente no ha sido siempre así y tampoco hoy.
Ni bien llegado al mundo, aunque antes en formación tiene el derecho de ser asistido convenientemente.
Respetar el derecho a la vida no es una hazaña de la madre, es una obligación. Ya en el mundo va de la mano con la necesidad que su estado lleva implícito.
Sin requerirlo, el infante da muestras de que sus derechos sean respetados, haciéndose entender con el llanto. En momento alguno entonces, deja de prescindir de este ineludible compromiso de sus progenitores, cada uno de ellos en su papel.
El derecho tiene vigencia casi desde el mismo momento de la Creación. Entonces habremos de convenir que la sociedad consumista al fin, necesita ser considerada como tal y no desea bajo ningún punto de vista ser excluida como elemento imprescindible de una  sana convivencia.
En tanto y en cuanto no se vea privado o limitado de tal necesidad, no cejará en sus esfuerzos por conseguirla.
No obstante, no todos lo entendieron ni lo entienden; así presumen de autoritarios y soberbios, dando por tierra con las imprescindibles pretensiones de otros. Evidentemente el agresor no ha tenido en cuenta elementales normas de moral y de buenas costumbres. Otra falta evidente de respeto y amor al prójimo, la víctima y el victimario.
No siempre la desmedida y desafortunada intervención de energúmenos ha estribado en incuestionables razones para provocarla. Ha obrado con un descaro revelador de mala educación, estimulado por bajos instintos que le provocan dureza de corazón sin importarle absolutamente nada las nefastas consecuencias de su accionar.
Si repasamos la historia nos cansaríamos de comprobar cómo y de qué manera se han vulnerado innumerables derechos de las personas. Conquistas territoriales, violaciones, saqueos, sangre, sudor y lágrimas. Cuanto desprecio de amor. Las prédicas religiosas caen en saco roto. El conocimiento de lo que es bueno y de lo que es malo no es tenido en cuenta. Para qué?
Ni los gobernantes ni la clase dirigente en general toman conciencia de la gravedad de esta cuestión. No es nuevo que en ellos se produce una falta de armonía antes de encaramarse al poder.
Actúan libremente pretendiendo subyugar a la gente con discursos insidiosos que más pareciera que les están dirigidos a ciegos y sordos.
Bueno así estamos. Las críticas no son rebatidas con descargos creíbles, puntuales. El principio del que calla otorga.
Ahora a otro campo: el doméstico.
En el orden familiar, el derecho ocupa también un papel preponderante. Bajo ningún concepto debe ser vulnerado.
Antes del compromiso matrimonial debe ponerse énfasis  entre otros conceptos fundamentales, el respeto al derecho, bajo la innegable premisa de que ambos cónyuges debe subestimar al otro. Qué ilusos, promesas por doquier, hasta de lo más insólitas.
Esporádicamente y tal vez por milagro alguno cumple (estará cuerdo?). No Se ha dado cuenta que la vida está formada o cubierta por etapas. Generalmente se producen cambios entre una y otra y es muy probable que se dé la lógica cuando transite por aquella que le sigue, es decir, noviazgo y matrimonio.
Pasó el primer momento, una etapa “rosa” llega a su fin. Conformar una pareja sobre bases sólidas implica seguramente deponer actitudes que paulatinamente requiere consenso entre ambas partes. Pero la sociedad al mejor estilo de un director de orquesta, tiene la batuta y requiere que todos bailen al ritmo de la música de la música que ejecuta. Ante tal imposición supone que la pareja se enanque en el principio de libertad e independencia y no atiende razones  que tiendan a reencauzar los valores éticos comprometidos hasta juramentos estériles. El que no se aferra a respetar el derecho del otro, está tirando por la borda lo atinente a normas morales que debieran ser indestructibles. Pero el amor de va. Promesa? Cómo pude haber aceptado esto?. En donde estaba antes? En el laneta de los simios?. Esta condición,  al decir de una de las dos partes,  puede cumplirse, es antigua, los tiempos son otros. Claro son otros a partir de la materialización del contrato conyugal. Acorde con la decadencia de hábitos que en su momento, su pérdida era menos frecuente ya que las más de las veces era la mujer quien había perdido sus derechos.
Deberes y obligaciones ineludibles también tienen que acompañar al hombre. Desdeñarlas implica lisa y llanamente el auto marginación. No es posible. Ya desde pequeños, el costo de vivir obliga a las personas a responder adecuadamente a las exigencias de terceros
Comportarse como corresponde no solo con la familia, sino con el resto de la sociedad, a propósito de vivir armoniosamente. Esta es una obligación que no puede ser soslayada.
Todo pasa, es inevitable, estamos condicionados al deber, a la obediencia, no a la sumisión. Cada uno en lo suyo según el rol que la vida le tiene asignado, ya sea en el seno familiar, en la escuela (de cualquier nivel o disciplina), en su trabajo, es decir en el diario contacto con la sociedad, sin apartarse desde luego, de los derechos que a todo ser humano le corresponde.
Derechos y deberes, así es la cuestión, la Naturaleza sabia como es, no necesita pensar demasiado, le brindó al hombre todo lo mejor, pero éste, astuto consuetudinario o por antonomasia no tuvo mejor idea que entrar en franca rebeldía, optando por todo lo contrario. Quizás haya pensado que era demasiado aburrido hacer felices a los demás. En consecuencia tenemos el ineludible compromiso de respetar ambas obligaciones.
A renglón seguido, citaré algunos documentos referido a los derechos del hombre.
*En Argentina, Artículo 14 Bis de la Constitución Nacional.
*Declaración universal de los derechos del hombre: alimentación es un derecho básico del ser humano.
*Declaración sobre el progreso y desarrollo en el campo social, afirmando que es necesario eliminar el hambre y la desnutrición, garantizado el derecho a una alimentación adecuada.
Palabras y más palabras, la desnutrición castiga a más de mil millones de personas alrededor del mundo.
El cumplimiento de estos compromisos está a cargo de los gobiernos en general, despojándose del poder satánico que tienen en su interior.
Desnudos vienen al mundo, de igual modo lo dejan.
Si llegan a conocer los últimos deseos de Alejandro Magno, se encogerán de hombros, como diciendo, cuando me toque ya veremos.
No le afecta su proceder, que más bien fuese su alimento o cualquier otro tipo de vicio y de cuya adicción no puede salir.
En fin otra de las plagas instalada en la piel de sujetos con total y absoluta falta de escrúpulos y de los cuales no se hace cargo.
Como de ordinario, una epidemia más que sí tiene remedio sin medicina alguna, pero es evidentemente un enfermo que deteriora la salud física y moral de otros.
Cambiar esto será un milagro.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe
Argentina- 19.04.2017






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