*No se trata de un
hecho real pero bien podría serlo, habida cuenta de hechos de características
habituales que muchos hombres han tomado ya como una costumbre. De violación se
trata.
Esta problemática está
hermanada con la continuación precisamente a exponer. El argumento está
centrado fundamentalmente en la resultante de un aberrante suceso de abuso
sexual gravísimo. Increíble pensar en el después. Y pensar que en las
invasiones de todo tipo habida en el mundo, acontecieron hechos similares sin
conocerse los resultados. ¿Hijos no deseados? ¿Embarazos interrumpidos?
Lo dejamos ahí.
Terminado el prólogo o introducción me remito a la obra en sí.
*Me identifico como
Enrique Santos, experto en mecánica de automotores mediante controles por computadora;
ya retirado del servicio.
Al caer la tarde en
una temporada otoñal, salimos con mi novia Nancy Contreras a probar un coche
que no me gustaba como trabajaba el motor acusando un leve sonido para mí no
común. Se me ocurrió probarlo en circulación, acudiendo a una zona poco
concurrida. Grueso error. No había escuchado respecto de delito alguno, por eso
me animé.
A regular velocidad
marchaba cuando el reventón de un neumático me sacudió. Obviamente detuve el
rodado, pensando en sacar los elementos de recambio. Primero y lo único que
pude hacer, es retirar del baúl un potente reflector que encendí de inmediato.
Nada más pude hacer al acercarse cuatro sujetos relativamente jóvenes con un
arma en la mano cada uno.
-Quédate quieto, con
vos no es la cosa, queremos a la señorita.
-No, a ella no¡¡¡
-Si no ella ¿a quién
va a ser? Y uniendo la acción a la palabra, uno de ellos la arrancó
literalmente del asiento arrastrándola hasta un suelo de gramilla. Le tapó la
boca con un pañuelo de cuello y ató sus brazos en la espalda. Allí
despiadadamente la sometió sexualmente, actitud seguida por los tres restantes.
Luego salieron disparados internándose entre la oscuridad del paraje. A renglón
seguido, tomé el reflector que dicho sea de paso pude aprovechar para observar
sus rostros. Nancy, descompensada totalmente con pérdida de conocimiento…a qué
más seguir.
Tomando el reflector
comencé a hacer señas de luces, los pocos coches seguían de largo, pero un
camionero generoso, detuvo el rodado bajando arma en mano por las dudas.
-Señor, no soy un
delincuente, le cuento lo que nos pasó a mi novia y a mí.
De inmediato el hombre
se comunicó por la red satelital a la policía quien en pocos minutos arribaron
tres patrulleros policiales y una ambulancia. En minutos llegó el juez de turno
quien ordenó el retiro del cuerpo hacia el hospital más próximo, el vallado y
control del sitio, la recolección de la mayor cantidad de pruebas y todo tomado
con guantes, al laboratorio forense. Por el material retirado, prueba
irrefutable del hecho, se detuvieron a varios violadores en libertad con
condena cumplida.
Enrique fue al
reservado reconocimiento y aseguró que el que llevaba el Nº 2 era uno de los
siniestros delincuentes.
-Lo tengo en la retina
a los cuatro por haberlos alcanzado con el reflector.
El sujeto, encarcelado
y en el “apriete”, cantó hasta el arroz con leche. El individuo fue el primero
en abusar de Nancy.
Ambos jóvenes fueron
contenidos específicamente hasta que no les quedó otra salida que aceptar la
situación.
Como era de suponer,
Nancy iba a convertirse en madre. Entonces Enrique, le habló en los siguientes
términos:
-Mira Nancy, quien
mejor que yo para comprender y te anuncio que quiero casarme contigo, en dos o
tres días. Dos testigos y en forma reservada al Civil, en adelante cuando nazca
el niño/a, lo anotaremos a mi nombre. Entonces tendrá un padre que no sabrá que
no es biológico. Lo tengo todo estudiado. Cuando niño me enseñaron que había
una joven virgen que concibió sin contacto con hombre alguno; pensaré lo mismo
más allá de la diferencia.
Así fue, se concretó
lo previsto y a su tiempo nació una hermosa niña rubia de ojos celestes.
Estando Nancy en la maternidad, una compañera de habitación, sintonizaba un
aparato de radio en una emisora musical de tangos. De pronto Nancy prestó
atención a una hermosa voz que entonaba: La pulpera de Santa Lucía y le gustó
esa parte que dice….era rubia y sus ojos
celestes…
-Amiga, a mi bebé le
pondré Lucía de nombre.
-Hermoso nombre como
la dueña y la mamá.
Cuando le dieron el
alta médica, se buscaron dos testigos- por las dudas- y se encaminaron al Civil
donde inscribieron a la niña quien ya poseía padre biológico. Cuestión que solo
conocían muy pocas personas, las más indicadas.
Tanto Nancy como
Enrique eran felices, la presencia de Lucía y de Marcos después, contribuía
notablemente en eso.
Ya una mañana, Enrique
recibe la visita en el taller, de un señor que necesitaba le revisase el coche
con problemas. Resultó ser un pastor evangelista.
Comenzó a conversar
conmigo con una dulzura tal que me subyugó. Nunca me había encontrado con
semejante actitud. Me comentó a lo que se dedicaba y me dejó impresionado.
-Enrique, todos los
seres humanos deberían buscar a Dios, así el mundo funcionaría de la manera que
al Señor le gusta. Pero Satanás no duerme, no tiene sed, frío, hambre y vive
tentando al hombre para que se asocie a la maldad. Si ustedes sienten opresión
o depresión por situaciones difíciles, los invito sin compromiso a que visiten
nuestro templo, reciba esta tarjeta y prueben.
-Me ha dejado
impresionado la seguridad y ese magnetismo que destilan sus palabras. Llegó el
domingo y en horas de la tarde se apersonaron con los chicos al templo y fueron
recibidos por su titular Pastor Rivero, quien los reunió en un pequeño salón y
charlaron un rato hasta que comenzó puntualmente la reunión. Se despidieron
prometiéndoles que lo irían a pensar.
No dudaron, el domingo
se apersonaron al templo y así sucesivamente. Lucía había crecido
significadamente, cumpliendo 16 años. El templo poseía un camping que cada fin
de semana albergaba a buena cantidad de hermanos. La juventud se reunía
separadamente y era frecuente ver a Lucía junto a Julián. No pasaba
desapercibido para sus padres verlos siempre juntos. Una mañana, Lucía en el
desayuno, le comenta a Nancy: mamá, anoche Julián entre besos y abrazos me
pidió una prueba de amor, nada le contesté porque no sé qué quería.
.Lucía, hoy mismo
rompe con ese desubicado. Te explicaré de qué se trata y cuando venga tu padre
le comentaré.
Así fue y de inmediato
Enrique tomó el teléfono y pidió al pastor una entrevista urgente. En efecto,
al día siguiente el primero de los nombrados le comenta el grave problema.
Rivero llamó a Julián para comunicarle su expulsión de la congregación.
Pero el sujeto no
dándose por aludido enamoró a otra joven del grupo, Melba Santana quien accedió
de plano a la solicitud de Julián.
A su debido tiempo, la
señorita dio a luz un niño quien lamentablemente se presentó a la luz con una
impresionante macro cefalia. No obstante, concurría al templo ya que ella no
tenía prohibición alguna para permanecer en el templo.
Un día de reunión,
estaban Nancy, Enrique, Lucía y Marcos entre tantos. Además Melba con su
pequeño hijo en un cochecito. De repente y sin que nadie lo previera, apareció
el sujeto violador de Nancy. Obviamente Enrique lo vió pero hizo silencio. El
tal, era nada más y nada menos que el papá de Melba. Cuando el tipo vió a sus
víctimas- conocidas por cierto- salió corriendo del templo, llevándose a
algunos creyentes por delante, nadie entendía nada. El vendedor de flores en la
vereda cuando lo vió salir disparado, pensó: este tipo estará demente?, no
entiendo nada.
*FIN DE LA HISTORIA
Nada que sea incorrecto puede quedar oculto,
mía es la venganza: yo pagaré dice el Señor. Un evidente ejemplo de lo
incorrecto, tanto del padre como de la hija; ahí las consecuencias. Espero les
haya gustado. Hasta otro encuentro.
OSCAR
Rosario, Pvcia. de
Santa Fe
Argentina – 05.07.2019
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