miércoles, 1 de septiembre de 2010

COSAS BELLAS

Trataré de introducir esta posibilidad de observación en las cosas positivas o también bellas, que desde siempre nos propone la vida.- Una película italiana rodada años ha, lleva como título: La vida es bella.-
Según la historia, en el comienzo y a estar de lo que dicen los escritores específicos, que Dios fue armando la Creación día a día congratulándose con lo que resultaba, otorgando consecuentemente el visto bueno (el ok. como se dice actualmente) dando así a entender que en realidad le agradaba lo que paulatinamente emergía.- Al parecer, logró conformar lo que a posteriori, los primeros informantes determinaron se trataba del Edén.- Por lo que nos enseñaron, el sitio estaba inmaculado, suponemos a estas alturas, que los elementos negativos de la Creación deben haber aparecido tras el enojo del Señor por la inconsulta conducta de los pioneros de todo elemento negativo con que se adorna el hombre, que sin embargo lo tiene como protagonista.- Hemos aprendido que la contaminación que deteriora y vaya cómo, también involucra a los restantes reinos, desvirtuando la esencia de la naturaleza.-
Cuando aparecen los colores, queda en evidencia un logro de un muy buen gusto.-Se ha escrito que las flores poseen un colorido tan bello que ni aún el rey Salomón, poderosísimo y sabio personaje de antología, obtuvo en sus vestiduras cuyo colorido no pudo eclipsar al de las flores.- Ni hablar de los matices de las mariposas y los pájaros, a éstos, agréguesele la belleza de su canto.- Huelgan las palabras; excepcional privilegio.-
Si nos detenemos a puntualizar la belleza de tantos elementos, podríamos citar casi prioritariamente al nacimiento de una nueva vida.-
¿Puede haber cosa más bella, agregándole el condimento sentimental que supone el alumbramiento de un hijo?.- Un milagro rodeado de belleza y alegría, según los cánones normales que tal acto conlleva.- Por lo que la ciencia ha podido apreciar, el ser viviente en el ámbito materno, está rodeado de un conjunto de bellas fuerzas naturales, que pierde al morir en él, para nacer a la vida y contribuir así a aquella belleza indicada precedentemente.-
La incipiente formación de una familia, amor incondicional mediante, la llegada de los hijos, tiene sin lugar a dudas una cuota altamente significativa de belleza, al menos por un tiempo, dosis de aquella que en diferentes ocasiones se va renovando.-
Se apela al logro de bellos componentes toda vez que se alcanza la posesión de una residencia habitacional, que dándole el toque conforme al gusto de la familia, pasa a constituirse en su hábitat natural, con lo queda conformado un cuadro agradable que sin dudas perdurará en el tiempo.- No debemos dejar de reconocer que las acciones positivas del hombre orientadas a convivir armoniosamente con el prójimo, no están exentas de un sello indiscutible de belleza espiritual que forzosamente obliga a reconocer la autenticidad de tales actitudes.-
Pero habremos de convenir que muchas veces las cosas bellas - por lo menos buena parte de ellas - dependen exclusivamente de nosotros.-
Consecuentemente debemos esforzarnos para toda vez que se nos presente la oportunidad de recoger todo aquel fundamento que por su belleza sea sumamente gratificante, no perderlo de vista, disfrutarlo a pleno ya que luego es probable o que sea demasiado tarde o bien, irrepetible.- No hay mejor belleza que disfrutar de una relación auténtica, sin dobleces, con verdadero amor, adonde no hay espacio para todo aquel ingrediente negativo que vaya sí sobreabunda.- Debemos aprovechar a pleno la belleza que nos brinda el día a día.- Reconozcamos alegremente el panorama destacado en grado sumo que nos regala la Naturaleza, cada vez que Dios nos participa del amanecer con lo que ello significa, lo bello de encontrarnos en condiciones de enfrentar el diario vivir, la familia, en particular los niños cuando dejan la casa camino a la escuela.- El compartir los juegos con ellos, el diálogo donde las inocentes primeras preguntas, nos permiten satisfactoriamente dar respuestas como parte de la educación, las libretas de calificaciones, la solución a los problemas de ingenio donde sobresalen con largueza.- No es bello todo eso?.- Los títulos que la educación escolar les otorga, de los que compartimos para nuestro beneplácito.-
No nos cansaríamos de hacer mención de la belleza que la vida nos depara.-
Digo en principio que las cosas bellas existen, algunas aparecen solas, otras hay que buscarlas, elaborarlas, como la simiente que germina en la tierra; descontamos en suma que muy buena parte está a nuestro alcance.- Veamos.- Lo razonable es que todo ser humano como dije en algunos de mis escritos, sabe discernir entre el bien y el mal.- Nada le impide entonces disfrutar generosamente de aquellas cosas positivas; hermanémoslas con la belleza.- Es tan imposible lograr esto?.- Claro, el hombre en una mayoría inentendible no busca hacer sustentable una posibilidad de disfrutar de algo tan elemental, de fácil consecución y saben porque?: Me voy a referir y, creo que ustedes me lo permitirán habida cuenta de mi experiencia personal rigurosamente cierta.- Cuando era niño, luego adolescente, más tarde joven, compartía mi vida con mis padres y hermanos, bueno, como la mayoría.- Quien podrá poner en tela de juicio los hermosos momentos que se viven particularmente y por lo general en etapas que biológicamente se presentan.- Un tiempo realmente precioso que indudablemente uno quisiera volver a vivir.- Se supone que las dificultades existían; tal vez éramos indiferentes, algunas las ignorábamos; propio de la edad.- En tales etapas, razonablemente lógico, los padres se hacían cargo de conducir el hogar, enfrentando los contratiempos que aún conociéndolos, no gravitaban notoriamente en nuestra vida.- Claro, si bien es cierto que surgían problemas que no concedían belleza alguna al panorama, nosotros no sentíamos en carne propia ese condimento pesaroso emergente.-
Pero en suma, el hecho de estar juntos ya suponía una cuota de felicidad irrepetible.-
Cada hijo elige un camino para realizarse como persona responsable; el tránsito por la vida lo conduce a incursionar por una senda no exenta tanto de dificultades, como de felicidad que invariablemente repercute en los padres.-
No siempre el camino recorrido lleva consigo situaciones agradables.- A lo largo del mismo, muchos seres humanos unidos entre sí, no logran armonizar conforme las reglas de convivencia así lo determinan. Bien, sería naturalmente ilusorio que creer que permanentemente la pareja debe transitar sobre un lecho de rosas.- Qué esperanza!.- Una actitud en sintonía con la belleza, es deponer actitudes egoístas considerando que el otro aspira a disfrutarla conforme el derecho que le asiste.- Queda claro entonces que disfrutar de las cosas agradables que la vida propone, depende en gran medida de la voluntad que se emplee a tales fines.- Es nuestro compromiso.- De nosotros depende.- Los tiempos actuales nos permiten establecer una inevitable comparación con el pasado.- Desde tiempo inmemorial se escucha decir aquello de “que todo tiempo pasado fue mejor”; descontamos, por una cuestión de lógica, que solo está en condiciones de aseverarlo o al menos entenderlo y/o hacerlo propio, todo aquel que hoy en función de la edad que posea está en condiciones de hablar cono conocimiento de causa y no repitiendo por haberlo oído a través de interpósitas personas.- Trataré de hacerme entender sin fanatismo y/o actitudes necias.- Emplear el rigor de la verdad es en todo caso premisa fundamental.- Se piensa que todo aquel que no vivió esa etapa aceptará o no lo que se le exponga.- Hablar del pasado apoyándose en la verdad, no debe significar que nos dejemos llevar por la nostalgia, más allá de que ello sea inevitable.-
Habremos de convenir que el hombre bastante mayor vive atado a recuerdos lo tiene grabado en la memoria, lo recuerda con cariño y, como he expresado anteriormente el haberse constituido en miembro de una familia, no puede eludir sentirse emocionado como consecuencia de ello.- Con este pequeño aporte, aunque de un valor inconmensurable, creo entender que el panorama se va despejando.-
Incursionando en el terreno de lo general, una notable diferencia salta a la vista.-
Creo que es menester puntualizar en tal sentido.- Más de una costumbre que en principio tiene como protagonistas a hombres y mujeres, padres o no, después a niños y jóvenes, es casi diametralmente opuesta a más de una de la actualidad, más allá que se piense en contrario.- Tenemos en claro que el avance espectacular de los tiempos nos ofrezca hoy un sinnúmero de posibilidades con las cuales antaño no se contaba.- Pero convengamos también que a todos los sistemas hay que alimentarlos.- Que ello se consiga es la cuestión.- Se logra plenamente?.-
Las cuestiones materiales creo que no armonizan en nada con las sentimentales, lo que no significa de manera alguna un principio de robótica pura.-
Advertimos por lo evidente, que la manera de pensar, sentir y obrar entonces, tenía el condimento propio de los tiempos; obrar la mayoría y simultáneamente significaba a las claras el seguimiento de un orden que en buena medida no conducía siquiera a imaginar un cambio.- Recordamos la notable diferencia que surge entre un estilo de vida y otro.- Sería largo enumerarla, pero en un breve enfoque nos viene a la memoria, como ser la clásica reunión diaria en la mesa familiar, particularmente a la hora del almuerzo como un rito sagrado, los juegos infantiles, inocentes si los había, la emisiones radiales, sobrias, serias, la música popular, suave a los oídos.- Violencia callejera e inseguridad cero.- Respeto, educación consideración y tolerancia eran la constante de una vida particularmente agradable.-
Como corolario: No podemos ni debemos dejar en el olvido, toda la belleza que la Creación nos dejó como legado; no solamente en lo inherente a la Naturaleza, sino también a todo aquel aspecto que nos permite entender que sí, la vida es esencialmente bella pero…hay que saber vivirla…y, no es difícil, solo hay que deponer y en buena medida, las actitudes egoístas que son de veras, el elemento tóxico, como el típico ejemplo ya conocido: el árbol delante de nuestros ojos que no nos permite ver el bosque.- Vaya metáfora!.- Ah…en este caso pareciera que cuenta aquello de que la culpa la tiene el otro…A buen entendedor…

OSCAR - Setiembre de 2010

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