jueves, 17 de junio de 2010

EL MATRIMONIO

Matrimonio: Institución social que crea un vínculo conyugal entre dos personas de sexo opuesto.- Permite legitimar la filiación de los hijos según las reglas del sistema de parentesco vigente.-

Pasaremos a referirnos a esta forma de sociedad entre hombre y mujer que se unen legalmente y por añadidura generalmente apelando generalmente al servicio específicamente religioso como para de esa manera consolidar por un lado los derechos y deberes civiles; por otro, certificar ante su dios (conforme a cada cultura religiosa) el juramento que se desprende del sermón que el referente a su cargo los tiene como destinatarios.-

Antes de concertar el compromiso de referencia, hombre y mujer deben pasar por una obligada e inevitable etapa donde debe primar el amor, el diálogo, la tolerancia, la comprensión y la fidelidad, todos éstos, pilares básicos tendientes a encarar una nueva vida donde dos son los protagonistas o referentes válidos a propósito de transitar juntos, en tanto y en cuanto no acontezcan imponderables que hagan interrumpir o cesar ese compromiso, esa unión.-

Solo la muerte tiene razón de ser para constituirse en el inevitable motivo que imponga un cese de esa unión.- Otras razones, son producto de la ruptura ex profeso de la asociación en cuestión, vicios, debilidades contra natura, más otros comportamientos reñidos con la moral y las buenas costumbres.- Recuerden aquello de…sólo la muerte podrá separarlos…Entonces, excluyendo esta sentencia, nada ni nadie debe interferir en esa relación que surge de la inevitable necesidad de servir uno para el otro de manera tan singular.-

El tránsito por la vida de los consortes, no es simple; se requiere de una buena dosis de aquellos atributos de mención al comienzo.- Si no se respetan tales valores, se pierde sin más, la esencia del contrato matrimonial.- Sería cuestión de desmenuzar aquellas premisas de tanta significación, de importancia capital:

*Amor: vaya si no lo hubiera.- Una imperiosa necesidad de estar juntos y, en el buen sentido de la palabra.- Con una metáfora mediante, sentirse como aislado del mundo material; como adentrándose en una dimensión a la cual tienen acceso solo los enamorados.- Quién más quién menos, tiene conciencia de qué se trata.-

*Diálogo: Creo innecesario, referirme a su significado.-

En este particular, también tiene implicancia directa el hecho de que cada uno exponga pensamientos, sentimientos e inquietudes, que no siempre son considerados respetuosamente por el otro, es decir, el partícipe necesario para la conformación de la pareja.- No responder con opinión sensata, criterio propio, plenitud de sentido común, respondiendo en cambio en menoscabo del otro, es obrar irrespetuosamente y, con evidente falta de educación.- Pretender sobresalir exigiendo silencio por entender que solamente su opinión es válida, transforma el diálogo en monólogo.- Evidente transgresión a uno de los más elementales principios de la concordia que debe acompañar a ambos.- Surge el condimento que da cuenta de todo lo contrario: discordia.-

Casi corresponden idénticos conceptos en el contexto del conjunto de atributos mencionados a priori, es decir a: *tolerancia, *comprensión, *fidelidad.-

Demás está decir las implicancias que resultan de socavar alguno o todos, dichos pilares.-

No es precisamente convalidar tales enunciados acomodándolos – perdonando la comparación – como si se tratase de un mecanismo de relojería, nada más y nada menos.- No se necesita artilugio alguno para obrar como procede.- Una condición sine quanon es proceder en concordancia con elementales principios de convivencia.- Descontamos desde ya, no consentir imposiciones inherentes a vicios censurables, pretensión respecto de adquisiciones de bienes materiales superfluos y/suntuarios inalcanzables por su coste económico.

El matrimonio no debería admitir un intolerable desgaste producto de lo que alegremente se denomina rutina.- Es claro también hay que acompañar las distintas etapas que resultan a través de los años, presencia y crianza de hijos, con todo lo que ello significa, una catarata se problemas que no pueden soslayarse, no resbalan, hay que hacerles frente y en comunión permanente.-

Distintas actitudes aparecen a lo largo de la historia, asociadas a diferentes culturas las que de una u otro modo y casi por regla general la esencia es y ha sido la misma.- Habremos de reconocer que la indisolubilidad de la unión de referencia está plagada de matices varios.- Conforme los tiempos y a esta cultura sobresalen hábitos de distinto calibre.- Los tiempos que corren no escapan a esa variable; lo que en muchos casos - y no es inevitable - se incorporan cambios que lamentablemente van minando la esencia de esta asociación; tal pareciera que los fundamentos que les tienen que dar sustento, se vean desnaturalizados por conductas que conspiran contra ella.-

Uno se pregunta, si bien son harto conocidos los argumentos que se esgrimen para convalidar el aporte del condimento pernicioso que da pie para el debilitamiento del matrimonio, pareciera que aparecen elementos contaminantes, tóxicos, según la nueva versión del mefistofélico elemento que deteriora tal institución, no obstante estar formada de manera tal que le permite hacer frente a cualquier tipo de adversidad.- Pero no es menos cierto que el individuo tiene su talón de Aquiles; Satanás sabe de sobra que la carne es débil y lanza su artillería vulnerándolo sistemáticamente, hasta conseguir sus siniestros propósitos.- Así y, cuantitativamente interviene impiadosamente.- El resultado es ya conocido.- El hombre es inteligente por naturaleza, sabe los riesgos que corre si se somete alegremente a tales designios.- Sin embargo, haciendo gala o alarde de importarle nada respecto de la responsabilidad que tiene asumida, va hacia adelante con todo.- Una vez más, la deslealtad es la que triunfa.-

Ante propios y ajenos, generalmente se muestran ante la sociedad como personas de una solvencia moral indiscutible; claro que para consumar osadamente tal pecaminoso comportamiento, apela al recurso de ocultar, paredes mediante, esa asociación ilícita conformada inevitablemente con un partícipe necesario.- Éste, tampoco vacila en compartir impúdicamente una relación prohibida (triángulo amoroso), las más de las veces, como adoración a un ídolo con pies de barro o, como pretendiendo y a modo de metáfora, que perdure un castillo como los que los niños construyen en la arena.- No es posible entonces, comprender y/o tolerar al transgresor.- Es evidente que el que perdona, queda supeditado por regla general, a que el adicto a la traición vuelva a las andadas.-

Aunque parezca una perogrullada, el satánico personaje psicópata por excelencia expone si es que existe, su fracaso matrimonial, con lo que consigue que su aliado sí lo comprenda y tolere.-

Ahora bien, cuando viejo y cansado e impotente, por esto último, es ahí el comienzo de la etapa del reposo del guerrero (les recuerda algo esta frase?), entonces se refugia en el hogar a buscar cobijo en aquel o aquella, que nunca debió abandonar para entrelazarse con brazos ajenos, defenestrando a su consorte, buscándole defectos y, generalmente burlándose entre ambos.- Este bastardo, hipócrita, egoísta, traidor sin conciencia y despojado de todo escrúpulo y, a pesar de las supuestas desavenencias, incompatibilidad mediante, cuando regresa al ámbito hogareño da muestras de sentirse cómodo y, tal vez feliz, engolosinando al otro con actitudes de verosimilitud; no quiere bajo ningún concepto dejar el hogar, de manera tal que se vea obligado a la conformación de otro.- Demuestra así que tan mal no estaba…claro, en casa quedaba la doméstica o, el que aportaba parte de sus ganancias económicas para sostener el hogar.- Por diferentes razones debe ocultar su condición de infiel, lo que puesta al descubierto no le resulta nada cómodo exponer públicamente.-

Otros matrimonios en cambio, deben soportar otro tipo de calamidad , emergente de manías o adicciones que invariablemente llevan el inconfundible sello de la crónica del fracaso anunciado; alcohol, juegos de azar, vagancia; un nato pelafustán y, en menor medida, el pervertido biológicamente o de doble personalidad: el escandaloso atentado a la moral que la relación con personas de su mismo ser, en abierto desafío al sexo con que la naturaleza le ha otorgado.-

Quedaría para el final, la conducta o el rol que juegan los hijos - si los hay - en el matrimonio.-

El comportamiento de los herederos tiene realmente mucho que ver en la armonía matrimonial.- Para ellos, sus mayores deben conformar un bloque sólido, homogéneo, vale decir, una conformación unida totalmente para constituirse no en adversarios, sino en un modelo o muro de contención ante cualquier embate que los tengan como protagonistas.- El entorno de los hijos tiene mucho que ver su conducta la calle del mundo actual tiene sus códigos ; éstos en franco ascenso, muchas veces contradicen las enseñanzas, los ejemplos de los padres, claro de otra generación; no es de desear que ellos se vean enfrentados a imposiciones que los jóvenes ven como muy común, muy de onda, dicen.- Si se sienten cuestionados desde el hogar, hay quienes optan por el alejamiento del sitio de sus mayores, con diferentes consecuencias.- Es entonces cuando el matrimonio pierde vigencia, adiós a los sueños del comienzo, las ilusiones, los desvelos.- Sí, imaginemos que un florista posee buena tierra, mejores semillas aguardando entonces una buena germinación; pone todo de sí para un resultado favorable, pero las aves, la cizaña o factores meteorológicos etc., contribuyen al fracaso de su inversión.- Cunde el desaliento, pero a diferencia de los padres afectados por la conducta de sus hijos, vuelve a insistir y siempre tiene la posibilidad de una generosa producción.-

En suma, creo entender que el matrimonio debe mantener la misma unidad o cohesión de los primeros tiempos y tener la capacidad de seleccionar como media naranja (según un dicho popular) aquella que al ser unida con la otra, quede formado un fruto de encaje perfecto.-

Solo así, se habrá hecho una buena elección.- Comparación mediante, he tratado así, humildemente de reflejar un pensamiento con lo que considero como mi verdad con el deseo de que sea convalidado, habida cuenta ser tomada de la vida diaria.-





OSCAR - JUNIO DE 2010.-

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