viernes, 18 de junio de 2010

LA FAMILIA

Definición de familia: Personas emparentadas entre sí que viven juntas.- Parentela inmediata a uno.- Grupo numeroso de personas.-




La familia ha ocupado de toda la vida, un lugar privilegiado en la sociedad.- Cada integrante juega un papel significativo entre ese conjunto de personas que conforman el grupo.- Consecuentemente, los roles deben, ser, primero y en orden descendente o por verticalidad de padres a hijos.-El hombre, a quien en la antigüedad se le asignaba la jerarquía de jefe de familia, en función de esposo y padre tenía y obviamente tiene asignado un conjunto de deberes y derechos que de hecho debieron y deben ser respetados sin menoscabar su particular presencia en el ámbito del hogar.- Sus obligaciones, sin condicionamiento alguno se refieren prioritariamente al sostenimiento del hogar a través del aporte económico por vía de la pertinente actividad laboral u otros conductos no marginales.- Todo ello tendiente a hacer frente a las erogaciones económicas que el sostenimiento de la familia supone.- Debe acompañar a la esposa - en todo momento - a hacer frente a todo tipo de dificultades se hagan presentes.- Por una usar una típica comparación, él es que tiene a su cargo, el timón del barco.- Su compromiso y esto es fundamental a propósito de que se conformen las expectativas emergentes de la responsabilidad y el compromiso sellado en la certificación de la unión civil, particularmente.- El otro, parecido al citado precedentemente, deviene del que asume en el caso de concretarse por añadidura, que se refiere al que reviste carácter religioso.-

Le cabe la responsabilidad de propender al logro de un ámbito que será el lugar de residencia de la familia.- Será partícipe fundamental y necesario en la atención de los hijos, si los hubiere, consistente en educación y salud, dos elementos de primordial significación, con lo cual estará invirtiendo en la consolidación del futuro de sus herederos.- Siguiendo con este integrante de la familia, no es menos cierto que en él están concentradas las expectativas de los otros miembros; su comportamiento dentro y fuera del hogar debe constituirse en un modelo inigualable.- En síntesis, predicar con el ejemplo, base incuestionable de actitudes en paralelo con la solvencia moral de todo esposo y padre.- Transgredir estos principios equivale a dar por tierra con las obligaciones les son propias.- Debe ser el consejero y amigo especial de los hijos; en el primero de los casos, en tanto y en

cuanto ellos, no estén en condiciones de asumir responsabilidades habida cuenta de su edad.- Pasamos a considerar el rol de la esposa y madre, papel prioritario si lo hay, también en la estructura familiar.- Protagonista singular, por añadidura, caben las mismas consideraciones en buena parte de lo ya expresado para el esposo.- Si bien en buena medida parte de los roles son diferentes por naturaleza, la de referencia debe acompañar al esposo en todo momento formando un bloque sólido, homogéneo, inquebrantable que no puede ser disuelto ni por los de adentro ni por los de afuera.- Sabido es que la piedra angular, en este caso de la familia, la constituye este emblemático binomio que no debe admitir que propios y ajenos se permitan inferir fisuras que puedan deteriorar la excelencia de su conformación.- La mujer asume el papel de madre, con todo lo que ello significa, si así fuera.- Cuán importante es esto.- Por una cuestión biológica es la madre quien tiene la enorme responsabilidad generalmente de atender a priori, las necesidades de los hijos, al menos escucharlos.- Si la situación la supera, entonces sí, acudir al consorte.- Toca ahora abordar el papel de los hijos.-

Éstos necesariamente deben ser asistidos por los padres; obviamente el papel que a cada uno corresponde, conforme a la edad.- Propender al establecimiento de una buena salud y por supuesto similar educación, es función de los padres y, obligación de los hijos; su control y dirección no deben ser descuidados, más bien controlados.- Reclamar de los hijos y en forma más o menos esporádica, hagan conocer sus inquietudes, sus temores, sus necesidades básicas; tratar con los padres respecto del entorno, ya sea de escuela como de amistades.- Los hijos deben recibir de los padres los mejores ejemplos, amor, respeto, valoración, diálogo, comprensión.- La base de una formación acorde con los requerimientos emergentes, depende de una adecuada armonía entre ambos.- Los hijos deben tomar plena conciencia del papel que les toca jugar en todo momento y en su relación con los padres y hermanos.- Por extensión, cuando éstos formen una nueva familia y viceversa.-

A la mayoría de edad los hijos comienzan lentamente a independizarse de algún modo aún dentro del hogar; los padres deben tomar conciencia de ello y apoyarlos en el proceso de maduración.- Las incipientes alas van teniendo peso ya - por decirlo de algún modo -

Sin prisa pero sin pausa, van encaminándose con lo que tienen, a enfrentar nuevos compromisos en correlato con la edad y otras variables.- Sin embargo, cuando no, es normal a fuerza de ser común, la conducta de hijos con una alta dosis de perfidia sin límites, desvirtúan impiadosamente su condición de tales (claro está) con diferentes niveles de agresión que no obstante; no quedan libres de culpa.-

Una conducta que bajo ningún punto de vista puede soslayarse es que los hijos cuando se van del hogar, generalmente para conformar una nueva familia, no quedan liberados bajo ningún punto de vista de aquella que los cobijó desde pequeños.- Tanto el hombre como la mujer no deberían olvidarse nunca de los gestores de su nacimiento, como así también no permitir que el ser humano con el que se aviene a formar familia, intervenga de manera ruin en los asuntos de aquella de la cual provienen.- A no olvidar que la vida es un ida y vuelta.- Esta premisa, lamentablemente no es considerada de la manera que procede, lo que se constituye en normal a fuerza de ser común, quedando en evidencia una notable y pertinaz actitud censurable.-

Consecuentemente, rebela de veras que el concepto de familia quede desvirtuado por actitudes reñidas con elementales normas de convivencia.- Una opinión sobre el citado punto me obliga a insistir respecto de que toda vez se constituya un matrimonio, no debe dejarse jamás de lado en momento alguno a la familia que queda atrás.- Digo, verdad de Perogrullo, todo aquel que se casa, también lo hace con la familia.- Es repugnante oír aquello de: “…mi familia es mi mujer y mis hijos”..

Felizmente, la justicia de los hombres ha sentado jurisprudencia en aquello de que en casos extremos, los hijos deben hacerse cargo de los padres, so pena de incurrir en el delito de: abandono de persona, con las consecuencias que ello implica.- Claro, cuando los padres molestan, o están enfermos incontrolables, el recurso fácil es el refugio en centros para la tercera edad; denominaciones tras las cuales se enmascaran verdaderos antros de reclusión.-

La historia siempre nos ofrece una gama de familias célebres, ya sea por indiscutibles características morales, como todo lo contrario.- La Sagrada Familia y ya sabemos de quienes hablamos, marca un hito singular en el consabido pasado de la humanidad.- En resumen, todo aquel que no esté en condiciones de aceptar todas las premisas antedichas, debe llamarse a sosiego, es decir, para ser más explícitos, no involucrarse en unas serie de obligaciones propias de toda persona con solvencia moral suficiente como para hacer frente a este tipo de compromisos, no exento de amor con todo lo que este estado particular de afecto supone.-

Convengamos que los tiempos modernos concurren sistemáticamente a desvalorizar o desnaturalizar el sentido de familia, tomando cada uno para sí, ejemplos nada edificantes y, que coadyuvan al inevitable del núcleo de personas que llamamos familia.- Una imposición sin prisa pero sin pausa que ha penetrado groseramente la piel del hombre para con ello instalar en la sociedad, variables que por regla general no contribuyen en nada a una razonable estabilidad de éste, que debiera ser el paradigma imprescindible de todo ser humano con el innegable aporte de sentido común.-

El o los que así no procedieran van irremediablemente a contramano de la filosofía cristiana acorde con una doctrina que a pesar de la capacidad del hombre para llevarla a la práctica, no ha podido ser apreciada en todas sus formas.- Cuesta creer su obcecación al resistir una premisa que lo refleja todo, cual es la del amor al prójimo.-

Atentar descaradamente con tal propósito, es estar en paralelo con el soberano, quien está en franca armonía con todo tipo de actitud negativa de que con indiferencia hace gala el hombre.-

Como conclusión final y, que esto no se constituya en eufemismo, lo ideal para estar en permanente comunión con las más elementales normas de índole cristiana (salvo mejor opinión de ateos y/o agnósticos), es que quede incuestionablemente asegurada, una convivencia donde el mentor de la maldad no tenga asidero.-

Así, la familia estará a salvo.- Según mi modesta opinión y/o enfoque de la cuestión.-





OSCAR - Junio de 2010.-

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