jueves, 17 de junio de 2010

LA FELICIDAD

Se trata del ánimo que se complace en la posesión de un bien.- Satisfacción, gusto, contento, suerte feliz.-



En este particular sentimiento que particularmente de eso se trata, el hombre juega un papel de importancia capital.- Solamente él tiene la oportunidad de disfrutarlo a pleno.- Las más de las veces, de él y nadie más que él, depende total y absolutamente.- Dios le ha provisto de todos los elementos - particularmente espirituales - para saber, si, saber aprovecharlo con plenitud.- Claro tendremos que convenir que no solo depende de él.-

Aquí juega un rol importante el ámbito que lo rodea dentro del cual debe manejarse con la suficiente inteligencia de forma tal que no se vean frustradas sus esperanzas de que la felicidad sea un logro y no una mera ilusión.-

Habremos de convenir que el hombre en su recorrer la vida, llena de escollos por cierto, tiene que afrontar situaciones difíciles que ponen a prueba su templanza.- Solo él y nadie más que él tiene que poner a su servicio la tan mentada felicidad que la vida propone.- Salvo opiniones que se respetan sin dudas, mucho depende de la personalidad que la naturaleza ha dotado a cada uno de los humanos.-

Permanentemente estamos rodeados (aunque gracias a Dios, no siempre) de personas con una grosera capacidad para intoxicarnos con actitudes negativas, agravios verbales cargados de insidia con los que pretenden deteriorarnos sistemáticamente.-

El hombre que desea gozar de la felicidad, debe sentir, pensar y actuar con inteligencia.- Convengamos que permanentemente le acechan, o directamente le son inferidas, preocupaciones que dañan su estilo de vida; a él también lo incluyen.- Es ahí donde el de referencia debe apelar a poner en práctica el sentido común, la sensatez que son elementos que pueden ayudarlo a enfrentar la realidad.- Tomar las cosas con calma, actuar conforme lo determina la experiencia; aceptar sin condicionamientos aquello que la vida le presenta.- Se me ocurre que una vez superado el trance, una cuota significativa de felicidad lo habrá inundado.-

Momentos felices se cuentan por miles, largos serían de enumerar, no son nada nuevos.-

Comprenden al ser humano en todos los ámbitos, sin excluir culturas de un sentir muy particular.- Sin embargo, se da por entendido que conforme a aquellas, los sentimientos se manifiestan de forma diferente.-

La gran pregunta; el significado de este sentimiento indica su presencia en un estado de elementos positivos, es decir, que motivan al hombre en circunstancias que les son favorables.- Entonces, el quid de la cuestión radicaría en aportar energías, no de felicidad obviamente, pero sí de una terapia que le permita hacer frente a realidades que de no ser así no se lo podría considerar hombre feliz.-

Ahora bien, parece un contrasentido, pero la felicidad está, es decir que nació con el hombre como tantos otros atributos, será cuestión que pudieran erradicarse tantas malas prácticas que condenan al hombre, y que dan lugar a lo contrario.- Una utopía.-

Admitamos que no poca cantidad de hechos acontecen en la vida del ser humano, ya sea momentos felices como los antagónicos; es en estos últimos en donde el hombre tiene que poner de manifiesto su capacidad para afrontar la situación de manera tal que lo negativo le cause el menor daño posible.-

Imaginemos un mundo libre de elementos tóxicos contaminantes, traducidas en todos los sentimientos, pensamientos y acciones que acompañan al hombre en su recorrer la vida, sería posible un mundo lo suficientemente feliz, coadyuvaría a vivir una vida diferente que por otra parte un papel importante lo juegan aquellos elementos que también deterioran su salud.- Habremos de convenir que situaciones agraviantes, traumáticas contribuyen a esto último; consecuentemente la felicidad podría ser inalcanzable habida cuenta que la enfermedad de distinto carácter la afecta en menor o mayor grado.- Hombre muy o relativamente enfermo, con diagnóstico y pronóstico, ingresa necesariamente en un particular estado de inquietud donde la felicidad subyace, en tanto y en cuanto no supere el trance.- No es seguro que pueda hallar un camino que aporte tranquilidad en tales condiciones.-

Si con la experiencia que tenemos, hacemos un imprescindible repaso por la historia, nos encontraremos frente a una interminable lista de hechos que otorgaron felicidad a sus protagonistas, mientras que probable y simultáneamente todo lo contrario a otros.-

El citado estado de ánimo no depende exclusivamente de alguien en particular, una importante y casi exclusiva cuota de aportes deteriorantes juega un rol de características predominantes conducentes a que el sujeto no pueda disfrutar del estado en cuestión.-

Distintas terapias se ofrecen al mundo a través de las cuales, el ser humano debe abocarse a abordarlas; marcar una diferencia en su estilo de vida, erradicando las malas prácticas, las compañías perniciosas, los vicios, el lenguaje, etc. etc.- Una ayuda que se me ocurre trascendental, es la incursión por el camino espiritual en una creencia no contradictoria a las más elementales normas de puntual racionalidad; convengamos que en una gran mayoría, el hombre más consustanciado con el demonio, sin Dios en el corazón, no tiene una meta, un objetivo que lo conduzca a un ámbito de esperanza y que se convenza por sí mismo respecto de las ventajas que le propone tal determinación.- Un paralelo con la felicidad.-







OSCAR - Junio de 2010.-

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