lunes, 5 de julio de 2010

TEMA: EL VICIO

E L V I C I O.-

Tomado en forma literal, el término que refiere el epígrafe se refiere a: falta de rectitud en las acciones, defecto o exceso que como propiedad o costumbre tienen algunas personas o que es común a una colectividad, entre otros.-
Naturalmente, el tema posee gran amplitud, pero trataremos de ir desarrollándolo conforme cada caso en común.-
No cabe ninguna duda que el accionar del hombre desde prácticamente el comienzo de la creación, ha estado alimentado por pasiones incontroladas - salvando las distancias - Acciones de distinto carácter lo han tenido y tienen como protagonista consuetudinario.- Largo de enumerar, todas sin excepción aquellas que no contemplan la consabida rectitud.-
Descontroles de toda naturaleza van coronando la trayectoria del hombre.- Se destacan desde tiempos ha, actitudes viciosas que rebelan una gama de incursiones por lo que se consideran extremos cuestionables.-
Adicciones de toda naturaleza involucran al hombre y es harto conocida su vocación generalmente inclaudicable aún a costa de pagar un alto precio por tal inveterada rutina.- No vacila en perjudicarse, hacer lo propio con seres queridos, sabe perfectamente que su hábito cual enfermedad muchas veces incurable, también admite la posibilidad de un retorno al antes.- El después, costoso sin dudas, es posible que en lo personal, entendiéndose a lo físico, no deje secuelas, pero es factible que comprometa a su entorno que es lo más grave aún.-
En los tiempos que corren, una desgraciada moda enloda soberanamente a un universo de seres de ambos sexos entregados descaradamente al consumo de alcohol y/o drogas alucinógenas de distinto carácter y alguna que otra substancia harto aromática que su inhalación supone al usuario vicioso una particular sensación de éxtasis.- En suma, un producto adhesivo de uso común, incluso a nivel hogareño, de venta libre y consecuentemente de fácil consecución, que se expende inescrupulosamente aún a menores, en el entendido que éstos son comisionados por mayores para efectuar una inocente compra (un mandado diríamos).- Lástima que esos imberbes, aunque no siempre, lo aprovechan para el uso antedicho.-
En el universo de la juventud, este abominable desenfreno trae aparejado un descontrol asociado a los límites de la cordura, que escapa al razonamiento más sensato.-
A fuerza de ser común, el consumo de estupefacientes y del alcohol se constituye en normal, pero lo que es más grave aún, el delito emergente frente a la necesidad de poseer el tóxico, conlleva el sello inevitable de la violencia para contar con el elemento monetario para la pertinente “compra”.- La crónica policial abunda notoriamente en material alusivo a tragedias que son originadas, ya sea por alcohol y/o drogas.- El alcohol con agregado de exóticas substancias se constituye en un brebaje siniestro, que de cualquier manera favorece o contribuye a la eventual pérdida del control razonable que debe acompañar al hombre en su relación con la sociedad.- Brebajes excéntricos que potencian el uso de drogas tendientes a la pretensión de incursionar en un momento de fantasía, en suma, de éxtasis que en definitiva no mejoran su situación bajo ningún punto de vista, por el contrario, deteriora severamente su organismo, amén de involucrarse las más de la veces, en hechos verdaderamente lamentables, resumidos en acciones delictivas de diverso carácter, dañando no solo a la víctima de turno, sino además a su entorno, familiares y amigos.- Aún no habiendo delito de por medio y , generan un triste y deprimente espectáculo lamentable y preocupante como producto sde tal conducta.- Felizmente y a modo de aclaración, un párrafo especial para aquellas que producen todo tipo de rechazo a este tristemente célebre comportamiento.-
Ahora bien, lo antedicho se remite casi en exclusiva al vicio contraído, resta entonces hacer hincapié en las razones que conducen al adicto a involucrarse en tan nefasta práctica.-
Cuando se trata de opinar, como en este caso y sin rigor científico pertinente, más de uno hará su propia lectura, sacará conclusiones a veces disparatadas y no siempre con dualidad de criterios.-
Pero es inevitable que quien elabora un trabajo sobre este particular, consecuentemente tiene formada opinión que como siempre ocurre, con el correspondiente derecho a réplica.- Indudablemente toda acción que tiene como protagonista al hombre, posee por añadidura un origen.- Éste necesariamente obedece a ciertas razones que trataremos de dejar en claro y respetando el enfoque que cada uno le dé.-
Recuerdo, años después de finalizado aquel desgraciado suceso que supuso la Segunda Guerra Mundial, se advierte un significativo cambio no solo en la conducta, sino en pensamientos y sentimientos del hombre.-
Es dable apreciar que inevitablemente esa horrorosa actitud mesiánica, demencial por excelencia, permite al hombre incorporarse a un nuevo estilo de vida.- Sin prisa pero sin pausa los cambios son notables.- Imaginemos cerrando los ojos toda una reconstrucción no solo en bienes materiales, sino moral y/o espiritual.- Un renacer de las cenizas como el Ave Fénix - desolación, orfandad, familias desmembradas, rabia, impotencia, no entender lo que había pasado.- Dato imprescindible mencionar: casi 55.000.000 entre muertos y desaparecidos.- Cabe, puede mensurarse cuánto sufrimiento?...veremos más adelante algunas consecuencias.-
En fin, los países afectados, a pesar de todo dan comienzo a la reconstrucción en lo material, físico, moral.- Aparece el inevitable aluvión de inmigrantes, por si le faltaba poco al sufrimiento humano, desarraigo mediante.-
La década del 60 marca un hito que cambiará sin dudas la historia del mundo.-
Da de todo y para todos, pero creo que fundamentalmente un notorio cambio en las costumbres.- No perder la memoria los mayorcitos, hacer conocer a las generaciones posteriores, los cambios que se produjeron en casi todos los países, particularmente en la cultura.- Al diablo con las expresiones musicales tradicionales y/o autóctonas, pero lo que es más grave aún es el hecho de que ese nuevo concepto va calando hondo en la humanidad.- Aparecen las expresiones de resentimientos, fracasos, impotencia, que se introducen en el corazón del hombre a través de temas musicales con sus inevitables creadores; sí, a las canciones de protesta me refiero.- No olvidemos que éstos haciendo alarde de un lenguaje muy propio para estimular particularmente a la juventud, se benefician con pingües ganancias, vaya paradoja!.- Como se verá un notable cambio en cuanto a una nueva forma de expresión cultural.-
A ver, tenemos que inexorablemente remitirnos a los receptores de tales mensajes; claro, los jóvenes con la mente “limpia” eran presa fácil para receptar una excepcional movida a la que no estábamos acostumbrados.- A partir de allí, la nueva generación va captando ese grito que le permite considerarse como una víctima de un nefasto sistema.-
Los jóvenes son proclives a acompañar ese canto que paradójicamente les venden también como grito de esperanza.- El deterioro originado vaya a saber desde cuando, encuentra entonces un caldo de cultivo excepcional.- El transvasamiento generacional encuentra a padres impávidos ante la irrupción de modas o costumbres revolucionarias las que sin embargo no logran contener la opinión negativa que rebela la juventud.- Las nuevas camadas o buena parte de ellas, se han visto y se ven frente a la imposibilidad de revertir la crisis de valores a escala mundial, entonces entienden que la mejor salida es sumergirse en un universo fantástico que le permita aunque temporalmente evadirse de un colapso que no tiene retorno.-
Hete aquí la pretendida panacea: incursionar en un camino artificial, esporádico, alienante y adictivo.- No es el recurso que reincidir en lo que en el tiempo se llamará consumo, luego drogodependiente, se hermanará con el alcohol combinado con químicos u otras bebidas espirituosas que les permiten la obtención de una substancia exótica que temporalmente pareciera que lo transporta a otra dimensión.- Producto de ello, con el vicio ya instalado va formando parte de su estructura física.-
Inevitablemente y ante la generalización de este maldito hábito comienzan algunas luchas que tienen como protagonistas a los consumidores, a los productores, a las autoridades y lo que es singularmente grave a la familia del adicto.-
Imaginémonos todo tipo de marginalidad y delito que devienen de esta alianza extraña entre droga propiamente dicha y su inseparable amigo, que la busca a ultranza, como si se tratase de un verdadero amor.-
Es penoso, se ha generalizado, se trata o se ha tratado de despenalizar la tenencia como elemento de uso o consumo personal, como si se tratase, por ejemplo, de un teléfono móvil.-
Me detengo un tanto para destacar que en no poca cantidad de adictos, cuelga la espada de Damocles sobre su cabeza, habida cuenta que la transmisión por vía directa, cualquiera de ellas, supone la adquisición de cierta enfermedad moderna de naturaleza grave y discriminatoria por su peligrosa virulencia.-
Toda carrera que ha emprendido el hombre ha tenido aciertos y desaciertos, sacrificios de un costo monumental en todo aspecto.-
Epopeyas de ataque, de defensa en la permanente lucha sin cuartel entre el bien y el mal.-
La humanidad no ha tenido grandes réditos.- El abierto desafío al Creador no ha dado resultados.- Los jóvenes apelan a métodos alternativos y fáciles.- Pero el mundo requiere de otro tipo de actitudes, no pasivas ni impotentes, menos inertes.- Los que más se sienten afectados, nada pueden hacer por cambiar este estado de cosas.- Son los gobernantes quienes deben tener a su cargo la eliminación o erradicación de esta práctica perversa que otras instituciones no tienen la posibilidad de encararlas siquiera.-
Así planteado, los que apelan a las drogas y/al alcohol se han sumergido, lo hacen aún niños ya, pretendiendo ingresar a una dimensión artificial que en definitiva no les aporta solución alguna.- Hay un verdadero agujero negro pareciera ya cada día más agregado tal vez a una cuota de resentimiento emergente en ambos casos de la marginalidad.- En suma, la siniestra asociación entre droga /alcohol /adictos, aporta un daño colateral a una sociedad con otras expectativas de vida; víctimas cautivas que nada tienen que ver con este tipo de desviaciones.-
Convengamos finalmente que el vicio, que comprende no solo a adictos a las drogas y al alcohol, sino también a los que rinden culto al juego, al hábito de fumar y a otros males que se involucran a él, contando en buena medida con los sostenedores mercantilistas asociados también a la clase dirigente del más alto nivel, y que no le corresponde otro apelativo que el siguiente: viciados de nulidad a gran escala.- Huelgan las palabras.-

OSCAR - Julio 2010.--

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