sábado, 18 de marzo de 2017

DELINCUENCIA JUVENIL


 Un tema demasiado tratado para los tiempos que corren. Se ha manifestado con una virulencia altamente preocupante. Tiene casi las características no digo de una de una epidemia, pero tiene azorados a la mayoría del pueblo. Cómo es posible que un minúsculo grupo mantenga sorprendentemente atemorizados a la mayoría del pueblo.
Las autoridades demuestran indiferencia a los gravísimos resultados del accionar de estos imberbes sin control, sin contención y sin conocerse aún cuál es la fórmula para erradicar ese tipo de violencia.
Asaltos, agresiones, muertes como resultante de esta nueva metodología delictual.
Inimputables:
Conforme a una ley de antigua data, los menores de 18 años no pueden ser imputados, sentenciados, ni alojados en cárcel alguna. Alegremente ellos a algunos mayores que los inducen a la marginación precisamente por eso. Pero a esta altura es conveniente incursionar por el principio de la cuestión o en todo caso, sus orígenes.
A comienzos de la década del 60, comienza desde el Noroeste del país una suerte de fuerte desarraigo de habitantes como consecuencia de una grosera política de pertinaz descuido de algunos productores algodoneros que no quisieron proseguir con esa actividad que convocaba a buen número de habitantes. Pero el pícaro gobernante tuvo la peregrina idea de fletar colectivos - sistemáticamente - con destino a grandes centros poblados como Capital Federal y Rosario. Así comienza una fuerte corriente inmigratoria dentro del país, destino centros muy poblados, como. Arribaron con lo puesto. Se inaugura así un rosario de asentamientos irregulares o mal llamadas villas de emergencia (frase desnaturalizada, lo óptimo no es tan así). Tal es la precariedad que quizás se parezca a las chabolas africanas. Se apropian de terrenos fiscales en plenos centros poblados. Y es obvio, ahí tienen grandes posibilidades de obtener el sustento diario.
En un obra de la cual soy autor, “Asentamientos irregulares” pinto una realidad sin disimulos, respecto de lo paupérrimo de la situación.
Deplorables condiciones de vida, existiendo en muchos casos verdaderas taperas, expuestas permanentemente a los permanentes cambios climáticos, sin comodidades mínimas elementales para vivir dignamente- Artículo 14 Bis de la Constitución Nacional, falacia total a la luz de los hechos.
Con ese panorama desolador se viene desenvolviendo esa abandonada, y desprotegida clase social. Con casi nada de posibilidades de conseguir trabajo, sin formación profesional, ya se han perdido cerca de cuatro generaciones.
Si agregamos la descontrolada multiplicación de la prole, los habitantes del lugar van mirando pasar la vida, qué de alguna forma vuelva a caer el maná. Pero éste solo cayó una vez,
Viviendo de la mendicidad, de los exiguos planes sociales, de los subsidios, de la recolección de residuos comerciables y comida también. Para evitar conflictos sociales y a modo de paliativo, el poder de turno los tiene cautivos con toda clase de prebendas, una vez más aquello de desvestir un santo para vestir a otro.
Frente a un panorama más que desolador, los niños en exceso van creciendo marginados totalmente. Descontrol paterno en alto voltaje expuestos a los rigores de la calle, alternado con adolescentes incultos, ociosos, viciosos e indolentes. Muy poco les preocupa a sus padres que sus hijos se inserten en una sociedad normal.
Nada se puede pedir que tampoco mucho se puede pedir a quienes no reciben el mejor ejemplo: una razonable educación. Reitero, la proliferación de menores con hijos se ha hecho común. Sexo y después?
Un conjunto de factores que contribuyen a tener más acceso a la marginalidad que al estilo de vida razonable.
El sucio poder compra voluntades a la hora de las elecciones.
Dos caras de una misma moneda: les hacen lavar la cara, pero lo que no se ve hiede bajo la ropa.
El gobernante descarado que echó a su pueblo y los torpes con pauperismo mental que permitieron ese descalabro. Qué se arreglen como puedan, tendremos más idiotas que mañana nos votarán.
Aparte de los mayores, los hijos crecieron y estuvieron en condiciones de formar familia, todos amontonados. Esta situación se desbordó. Nada se hizo para contrarrestar el efecto dominó. Verdadero caldo de cultivo para el avance de la marginación, escondites, tráfico de droga y otras.
La iglesia contemplativa, enfoca el problema poniendo el acento sobre los menores, educación, colaboración, etc. No es fácil, ellos quieren soluciones ya. Claro que a las víctimas de estas aberraciones quienes les devuelve la paz: quieren justicia, yo agrego como opinión personal: venganza. No es fácil conformarse respecto de la perdida abrupta de un ser querido. Creo que a ellos lo que menos les interesa es la marginación de los mini delincuentes. Los más radicalizados opinan de la eliminación física de estos sujetos, pero no es fácil en un país donde todos los excesos pasan de largo. Siguen acumulando antecedentes delictivos. Son menores, no pueden ser encarcelados, y siguen como si tal cosa. Grave La conducta de congresales que no legislan adecuadamente. Será que a ellos no les toca? Los Derechos Humanos, solo actuaron para ocuparse de los mentores de la época negra, después solo les quedó el nombre deformado: ni derechos ni humanos. Serán invisibles? Convengamos que aquello solo se circunscribía solo a un grupo nada comparado con los personajes que ocupan mi atención. La condición humana está sumamente agredida y por lo que se ve sin remedio.
Pero así están las cosas, esta problemática no es abordada drásticamente porque que tienen el poder, a sabiendas que ocupando un cargo, saben de antemano que el cáncer no se cura con aspirinas. Esto tiene que acabarse. En  la mayoría de los países de Europa,
es impensable soñar siquiera con esto. Canadá y Australia un ejemplo de seriedad y responsabilidad.
Lo que sigue es casi igual a lo ya expuesto, razón por la cual he fragmentado la obra en cuestión.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe

Argentina – 18.03.2017.

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