domingo, 19 de marzo de 2017

LA ALEGRÍA

ALEGRÍA:
Uno de los pilares básicos entre las emociones del hombre. Una bella palabra sin dudas y no precisamente porque enriquece nuestro regio patrimonio idiomático, sino porque ella significa o encierra.
Ahí está a nuestro alcance toda vez que no solo la circunstancia favorable nos permite apelar a ella, sino que también tenemos que tener la suficiente capacidad o habilidad para que nos acompañe.
Como en tantos momentos de la vida, circunstancias favorables, nos permiten en primer término disfrutar de ella, en el caso contrario está presente pero no se disfruta y nos niega la posibilidad de disfrutarla a pleno.  Las dos versiones ahí presentes. Otra cuestión insoslayable  la constituye el hecho de que en algún momento, nuestra falta de capacidad para disfrutarla está impidiendo tenerla a nuestro alcance.
Inolvidables y bellos momentos de alegría que la vida nos ofrece aún desde niños cuando todavía muy pequeños esbozamos las primeras sonrisas ante las caricias de nuestra madre, ese contacto más que inigualable por cierto, irrepetible e inigualable por otra parte, más allá que en lo sucesivo se manifieste de otra manera.
Los primeros pasos que promueven no solamente la alegría de los niños, sino de aquellos que tienen la posibilidad de disfrutarlos, el sublime acto del amamantamiento, los primeros juegos, ya desde la cuna, el primer día de clase, los primeros balbuceos, en fin un largo rosario de emociones que no encuentran parangón alguno. Allí radica el verdadero sentido de su significado. Al propio tiempo, una forma de alegría invade al hombre y no tiene precisamente un basamento radicado en el verdadero sentido de la palabra.
Aunque parezca un contrasentido, otra forma de satisfacción  que puede aportar una cuota de alegría, paradójicamente  lo constituye el resultado de la desafortunada intervención del hombre que produzca dicha emoción en él, en detrimento de un daño a terceros involucrados en esa maniobra.
La alegría es amplia, generosa, abunda sobremanera, es cuestión de buscarla, encontrarla y disfrutarla a pleno, descuento admitiendo en grado sumo, que una satisfacción inconmensurable nos invade, toda vez que tenemos la posibilidad de vivir tales momentos.
Sería largo enumerar tantos instantes agradables que esa inigualable turbación nos depara; muchas circunstancias nos ven involucrados en ella.
El amor- bien entendido- entre mujer y hombre deja a las claras una señal incuestionable de alegría, en los primeros momentos, imborrables por cierto, esa emoción es única, creo que irrepetible. Nos deja una sensación de felicidad incomparable con recuerdos inolvidables, más allá del resultado de ese feliz encuentro.
Algunas intervenciones pocos felices del hombre seguramente le permiten gozar de alegría ya que esta emoción es ilimitada, en contraposición con su gozo.
Había mencionado ya  las contradicciones emergentes de la actuación del hombre; por regla general y particularmente en su conducta, es probable que se generen las dos situaciones, inevitable. Diametralmente opuestas por aquello de que es imposible por la idiosincrasia del sujeto, dar vía libre a todo aquello que contribuye al logro de una calidad de vida donde prime el sentido común.
Desde que se tiene conocimiento, incursionando por la cuestión estrictamente religiosa, se toma conocimiento de la satisfacción del Creador, frente a la magnificencia de la obra generada…y vio qué era bueno…(Alegría le habrá provocado.
Como de costumbre opino que cada uno sacará sus propias conclusiones. Creo que es la primera manifestación de alegría.
Según la historia,  el Señor trastocó su alegría en enojo como consecuencia de la manifiesta maldad del hombre.
Cuántas alegrías incomparables van poblando en forma constante, las expectativas del hombre en todos los órdenes.
El primer encuentro amoroso, la conformación del matrimonio, los hijos, los nietos.
No habrá que pensar demasiado al oír el trinar de las aves, será alegría lo que demuestran? Creo que aún hoy los pocos humanos que cantan, están demostrando alegría, por lo menos intentamos conseguirla.
La germinación de las semillas, la aparición de las flores con su espectacular colorido, la salida del sol, la presencia de la luna en sus distintas fases, no será demostración de alegría?
Alguna especie ictícola del mar da demostración de alegría: delfines con su magnífica danza y cariño por doquier.
Toda mujer antes de parir sufre dolores tremendos. Solo ella lo sabe, lo siente, ese cuadro se transforma en alegría al ver aparecer el fruto de sus entrañas.
No hay un elemento de medición que pueda demostrarlo. La llegada de familiares desde muy lejos otorga una alegría diferente a que si estuvieran cerca.
Como consideración final y a modo de expresar un incuestionable punto de vista, sin que ello signifique una imposición, no cabría duda alguna que la alegría está al alcance del hombre. Desterrar definitivamente de la conducta del hombre, los malos sentimientos, ídem los pensamientos y las acciones negativas que conspiran ya de ordinario para el logro de la felicidad.
Una verdadera pena que el vivir armoniosamente no pueda ser aprovechado integralmente, anteponiendo el sentido común, antes que dar importancia capital a intereses materiales en grado sumo.
De nosotros depende.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe- Argentina. 19.03.2017.



sábado, 18 de marzo de 2017

DELINCUENCIA JUVENIL


 Un tema demasiado tratado para los tiempos que corren. Se ha manifestado con una virulencia altamente preocupante. Tiene casi las características no digo de una de una epidemia, pero tiene azorados a la mayoría del pueblo. Cómo es posible que un minúsculo grupo mantenga sorprendentemente atemorizados a la mayoría del pueblo.
Las autoridades demuestran indiferencia a los gravísimos resultados del accionar de estos imberbes sin control, sin contención y sin conocerse aún cuál es la fórmula para erradicar ese tipo de violencia.
Asaltos, agresiones, muertes como resultante de esta nueva metodología delictual.
Inimputables:
Conforme a una ley de antigua data, los menores de 18 años no pueden ser imputados, sentenciados, ni alojados en cárcel alguna. Alegremente ellos a algunos mayores que los inducen a la marginación precisamente por eso. Pero a esta altura es conveniente incursionar por el principio de la cuestión o en todo caso, sus orígenes.
A comienzos de la década del 60, comienza desde el Noroeste del país una suerte de fuerte desarraigo de habitantes como consecuencia de una grosera política de pertinaz descuido de algunos productores algodoneros que no quisieron proseguir con esa actividad que convocaba a buen número de habitantes. Pero el pícaro gobernante tuvo la peregrina idea de fletar colectivos - sistemáticamente - con destino a grandes centros poblados como Capital Federal y Rosario. Así comienza una fuerte corriente inmigratoria dentro del país, destino centros muy poblados, como. Arribaron con lo puesto. Se inaugura así un rosario de asentamientos irregulares o mal llamadas villas de emergencia (frase desnaturalizada, lo óptimo no es tan así). Tal es la precariedad que quizás se parezca a las chabolas africanas. Se apropian de terrenos fiscales en plenos centros poblados. Y es obvio, ahí tienen grandes posibilidades de obtener el sustento diario.
En un obra de la cual soy autor, “Asentamientos irregulares” pinto una realidad sin disimulos, respecto de lo paupérrimo de la situación.
Deplorables condiciones de vida, existiendo en muchos casos verdaderas taperas, expuestas permanentemente a los permanentes cambios climáticos, sin comodidades mínimas elementales para vivir dignamente- Artículo 14 Bis de la Constitución Nacional, falacia total a la luz de los hechos.
Con ese panorama desolador se viene desenvolviendo esa abandonada, y desprotegida clase social. Con casi nada de posibilidades de conseguir trabajo, sin formación profesional, ya se han perdido cerca de cuatro generaciones.
Si agregamos la descontrolada multiplicación de la prole, los habitantes del lugar van mirando pasar la vida, qué de alguna forma vuelva a caer el maná. Pero éste solo cayó una vez,
Viviendo de la mendicidad, de los exiguos planes sociales, de los subsidios, de la recolección de residuos comerciables y comida también. Para evitar conflictos sociales y a modo de paliativo, el poder de turno los tiene cautivos con toda clase de prebendas, una vez más aquello de desvestir un santo para vestir a otro.
Frente a un panorama más que desolador, los niños en exceso van creciendo marginados totalmente. Descontrol paterno en alto voltaje expuestos a los rigores de la calle, alternado con adolescentes incultos, ociosos, viciosos e indolentes. Muy poco les preocupa a sus padres que sus hijos se inserten en una sociedad normal.
Nada se puede pedir que tampoco mucho se puede pedir a quienes no reciben el mejor ejemplo: una razonable educación. Reitero, la proliferación de menores con hijos se ha hecho común. Sexo y después?
Un conjunto de factores que contribuyen a tener más acceso a la marginalidad que al estilo de vida razonable.
El sucio poder compra voluntades a la hora de las elecciones.
Dos caras de una misma moneda: les hacen lavar la cara, pero lo que no se ve hiede bajo la ropa.
El gobernante descarado que echó a su pueblo y los torpes con pauperismo mental que permitieron ese descalabro. Qué se arreglen como puedan, tendremos más idiotas que mañana nos votarán.
Aparte de los mayores, los hijos crecieron y estuvieron en condiciones de formar familia, todos amontonados. Esta situación se desbordó. Nada se hizo para contrarrestar el efecto dominó. Verdadero caldo de cultivo para el avance de la marginación, escondites, tráfico de droga y otras.
La iglesia contemplativa, enfoca el problema poniendo el acento sobre los menores, educación, colaboración, etc. No es fácil, ellos quieren soluciones ya. Claro que a las víctimas de estas aberraciones quienes les devuelve la paz: quieren justicia, yo agrego como opinión personal: venganza. No es fácil conformarse respecto de la perdida abrupta de un ser querido. Creo que a ellos lo que menos les interesa es la marginación de los mini delincuentes. Los más radicalizados opinan de la eliminación física de estos sujetos, pero no es fácil en un país donde todos los excesos pasan de largo. Siguen acumulando antecedentes delictivos. Son menores, no pueden ser encarcelados, y siguen como si tal cosa. Grave La conducta de congresales que no legislan adecuadamente. Será que a ellos no les toca? Los Derechos Humanos, solo actuaron para ocuparse de los mentores de la época negra, después solo les quedó el nombre deformado: ni derechos ni humanos. Serán invisibles? Convengamos que aquello solo se circunscribía solo a un grupo nada comparado con los personajes que ocupan mi atención. La condición humana está sumamente agredida y por lo que se ve sin remedio.
Pero así están las cosas, esta problemática no es abordada drásticamente porque que tienen el poder, a sabiendas que ocupando un cargo, saben de antemano que el cáncer no se cura con aspirinas. Esto tiene que acabarse. En  la mayoría de los países de Europa,
es impensable soñar siquiera con esto. Canadá y Australia un ejemplo de seriedad y responsabilidad.
Lo que sigue es casi igual a lo ya expuesto, razón por la cual he fragmentado la obra en cuestión.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe

Argentina – 18.03.2017.

jueves, 16 de marzo de 2017

EQUIVOCACIÓN. CRÍTICA

Equivocación u opinión que una persona tiene por buena cuando en realidad es falsa.
Actuación de una persona que no obtiene los objetivos previstos o tiene consecuencias negativas para ello.
Crítica:
Arte de juzgar las cualidades y los defectos de una obra artística o literaria.
Acción de censurar las acciones de uno o de hacer notar los defectos de una cosa.
Acción de evaluar o juzgar.
Menuda diferencia entre un significado y otro para un mismo término, propio de la riqueza de nuestro idioma.
Opino encontrarnos en el primer caso con un típico ejemplo del sujeto sorprendido en su buena fe.
Es una constante comprobar (a quien no le habrá pasado) como se ha depositado confianza en alguien, ya sea conocido, amigo o familiar que ella no haya sido groseramente agredida de una u otra forma. Sí, ya conocemos todas las artes que tienen la condición de contaminar veladamente a través de la confianza que su actitud genera.
En síntesis, el sujeto pasa a ser un objeto que alegremente puede manipularse. La farsa puede durar poco o mucho tiempo, pero una vez puesta en descubierto se arriba a la conclusión que como el argot típico dice: se apostaron boletos a un caballo que imaginaron poder ser generador o como mínimo plácet. Esa ambición no siempre resulta a su favor. Se equivocaron, azar o vaya a saber qué otra causa.
La realidad está a la vista, pero lo más grave que es o son como casi todos los jugadores viciosos, compulsivos, admiten que les va mal por la mala racha, nunca por su mala cabeza.
Retomamos la otra cuestión. El aporte de perversidad en todos los órdenes, del que son objeto muchos seres humanos víctimas propiciatorias de tales aprovechadores sin escrúpulos, sin amor, sin conciencia.
Pero bueno, así están las cosas, una vez más el solo pensar para sí, conocemos esa debilidad porque he hablado sobre la cuestión en varias oportunidades. Un ejemplo a modo de cotejo: cuando la tierra es fértil, naturalmente la semilla germina. Lo dejo ahí, creo que se entiende.
Las promesas incumplidas tienen lo suyo. Emerge la mentira, las falsas expectativas quedan en evidencia. Lamentablemente el arte de engañar forma parte de su personalidad bien disimulada, ya que los que salen perjudicados, por razones obvias, no saben reconocer aquello de que la cara es el espejo del alma.
Así les va y así les irá.
El mentor de la mentira, por lo general tiene como norma justificarse despiadadamente, no reconociendo su falta, descargando en otros su deleznable conducta.
Incluso lo contamina la soberbia, el qué me importa, si en todo el mundo el carnaval dura solo cuatro días y algo más, el corso y las caretas siguen ahí, la fiesta no se terminó, aquellas no se caen. Para qué retirarlas. El infaltable dejo de soberbia y de ceguera: cuándo no?
Todo aquel que produce una obra literaria de cualquier naturaleza, sabe sobradamente que no es sencillo hacerlo, menos venderlo conforme sus expectativas, obviamente nace con él una posibilidad cierta de hacerlo. Vemos algunas veces trabajos de niños que realmente son admirables, lo cierto es que se han animado a llevarlo a cabo, concretarlo. Es evidente que por su mente y su corazón pasan vivencias que después las trasladan al escrito, menos mal que alguna prensa los publica con lo cual quedan estimulados para proseguir.
Transcurridas otras etapas, con algo más de experiencia y respetando ciertos parámetros, podrán llegar a lograr lo que en un momento se propusieron. Criaturas: mis felicitaciones. Sigan adelante ¡
Toca el turno a las expresiones filosóficas, a las religiosas, a aquellas que de un modo u otro tratan de estimular al ser humano, de hacer docencia, particularmente a los que orientan por el camino del bien que conlleva a una sana convivencia en una sociedad enferma pero no del cuerpo sino del alma. A ellos también mi adhesión y mis respetos.
En otro orden quiero y debo no dejar de lado a aquellas monumentales figuras desde antaño hasta hoy. Verdaderos artistas  de la pluma que supieron y saben plasmar en el papel toda una mezcla de sensaciones, emociones, sentido común y criterio para concretarlos, capacidad mediante, los hay para todos los gustos; en mi opinión y para mi apetencia, rescato buena parte. Los hay creativos, ingeniosos, imaginativos, especialistas en jugar con la fantasía; en fin una interesante oferta a disposición de los amantes de la lectura. No pretendo dejar de lado a ninguno de mis preferidos, pero tengo una particular admiración por la obra cumbre del Cervantes. Aún hoy las ingeniosas ocurrencias del caballero andante son utilizadas para adornar alguna frase que escuchamos o utilizamos cada tanto. A través de este trabajo y si el lector me lo permite, rindo homenaje a mi padre, buen lector, quien de vez en cuando, citaba alguna ocurrencia de aquél, como así también, las del inefable e ingenioso escudero. Padre, aún estoy en deuda contigo, he comprado un ejemplar pero tiene letras pequeñas y me cuesta un poco seguir. Todo autor, corrector mediante, tiene siempre la ilusión de que sus obras sean las preferidas, pero por aquello de que sobre gustos no hay nada escrito, algunos trabajos no escapan a la predilección del lector. De todos modos, solo un torpe o ignorante del tema, puede censurarlos. Entiendo, en mi carácter de principiante en este difícil camino, que el escritor pone lo mejor de sí para tratar de imponer su estilo. Claro, solo prevalecen los menos.
Una aclaración pertinente: creo que todo aquel que opina o critica, no debe ser despiadado, debe admitir que le gusta o no. Demostrar en todo caso que es capaz de hacer algo mejor. Difícil porque lo que haga debe encajar en la aprobación del público.
Para finalizar, lo inherente a la evaluación y juzgamiento o censura de los defectos de uno o de las cosas.
Es una práctica tan antigua como el mismo mundo.
Tres tipos de críticas: la constructiva, la destructiva y el juicio moderado, comentado.
Es muy fácil emitir un juicio. Lo que realmente importa es su carácter de lo cual sabemos de qué se trata.
Es muy difícil conformar a todos, lo que importa es que el hecho sometido a juicio no sea un grave daño inferido a otro.
De todos modos y por regla general, de cualquier manera siempre aparecerán detractores con su infaltable cuota de cizaña. Es claro que el que no hace nada, no tiene posibilidad de equivocarse: a pesar de esto, será evaluado, criticado y o juzgado.
Loas para aquellos que hicieron cosas de verdadera importancia para el prójimo. Una crítica constructiva para ellos.
Obviamente y desde siempre, en todos los órdenes, protagonista principal, el hombre.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe.
Argentina, 15.03.2017.   





martes, 14 de marzo de 2017

DIA DEL TRABAJO

Es parte de una vieja historia la celebración del 1º de Mayo como fiesta del trabajo o como día del trabajador.
Todos sabemos cuál fue la razón porque la hay, de tal celebración. Ya no viene al caso, aunque suscribo plenamente con aquella lucha de esos trabajadores americanos del Norte, justos y recios sin dudas.
Todo pueblo tiene que contar mayoritariamente con gente que trabaje. Todo aquel que haga algo, está de algún modo colaborando con la grandeza de su país.
Claro que necesariamente el tema pretendo instalarlo en el hombre por su salario. Es una cuestión por demás elemental. Es decir que todo hombre pueda adquirir de todo aquello que necesita para su subsistencia. Acá no vale la ley de la colmena, la reina, las obreras y el zángano. El final ya lo sabemos.
Todo estado está comprometido a asegurar a su pueblo la facilidad y la posibilidad de trabajar. Más allá de imponerle otras obligaciones.
Claro que como contra prestación, tiene que otorgarle derechos razonables, humanos en manos de no convertirlo en esclavo, ocioso por naturaleza.
En nuestro país la Constitución Nacional es bien clara en ese sentido. Los gobernantes cuando asumen, a través de un juramento muy especial a cumplir y a obligar a que se haga, las leyes que rigen el control del país. En la práctica poco se hace. El citado compromiso pareciera solo un respeto a la tradición ya que poco les interesa. Para la foto es todo un documento como aquellos que guardamos y que algún día se pondrán amarillentos,
Total a ellos les da lo mismo, si hay trabajo o no lo hay, caducará su mandato, total a ellos les pasará lo mismo, si hay trabajo o si no lo hay, caducará el mandato del político. Lo que sí es rigurosamente claro que a través de la función pública aseguran un buen pasar, incluso hasta a varias generaciones de herederos.
La cultura del trabajo conforme a equivocadas o malintencionadas políticas. Se va debilitando o padeciendo. Ante esto en lugar de buscar la forma de generar empleo para una gran masa de desempleados, se apela al asistencialismo. Un famoso proverbio dice: les dan el pescado y no le enseñan a pescar.
En nuestro país lamentablemente no se habla seriamente de crear o permitir la apertura máxima de fuentes de trabajo. La clase política nula por excelencia, solo busca posicionarse y consolidarse. Van de un puesto a otro. Es decir, no se van, cambian de lugar apoyados por un pueblo, y si son apoyados es que está todo bien, no hay nada que cambiar. Cambian las promesas, el discurso pero en concreto y antes que el ciudadano cambie el voto, propaganda y alguna obra o anuncio de ella para que se vea.
Trabajar es una función indelegable de cada ciudadano. Nadie debe dejar de hacerlo en y en cuanto, la edad por un lado y la salud por el otro, se lo permitan.. En determinados sitios del planeta y en ciertas geografías, no es posible llevar a cabo tareas de producción industrial. Algo obviamente se hace, pero para la supervivencia. No se concibe un país sin gente que no trabaje. Es imprescindible hacerlo: de no ser así, el atraso es inevitable, reitero, todo país que posee una franja inevitable de gente desocupada, tiene que apelar al asistencialismo  para paliar de algún modo  ese severo desfasaje que deviene de la falta de capacidad operativa para generar empleo.
Cada uno tendrá su opinión en tal sentido, pero queremos creer que tal vez haya alguna causa que se interponga para que los grandes inversores no muestren interés en radicar industrias en el país. Hago una deducción y corre por mi exclusiva cuenta. En el mes de Mayo de 2010, un funcionario de primer nivel de gobierno de turno, recomendó a grandes importadores argentinos a que se abstuvieran de adquirir productos manufacturados por China el mayor comprador de nuestra querida soja y sus derivados.
Las desafortunadas palabras de aquél, motivaron el enojo de los asiáticos quienes amenazaron con no más el grano y sus derivados. Al diablo con la captación de divisas.
Pero bueno, no es menos cierto que desde ya largo tiempo ingresa mercadería procedente de varios países asiáticos por naturaleza. El costo de aquella, puesta en el país, ha producido una severísima depresión en la industria nacional, desprovista de toda tecnología de punta como para competir.  Únase el alto costo laboral, impositivo, inseguridad jurídica que se presentan como un imborrable estigma que trasciende a no dudarlo y daña. Sin dejar de excluir el alto grado de corrupción que se ha instalado como una epidemia sin retorno, instalada partiendo de la base de la verticalidad.
Los responsables, desentendidos del grave problema no asumen esta vergüenza nacional. Mensajes hipócritas por doquier como pretendiendo engañar al mundo inteligente y con antigüedad suficiente como para no ser engañados.
Vacíos de contenido, la falta de formación profesional, de la cultura del trabajo en la clase más marginada, conlleva no a largo plazo la inevitable presencia de conductas ociosas y dependientes. Así incuestionablemente, se seguirán fomentando vicios, perdiendo generación tras generación sin capacidad de progreso y con caldo de cultivo para la violencia o inseguridad, droga, con mención de grandes traficantes encaramados en el poder.
El desarraigo, por regla general, tiene algunas facetas que lo estimulan. No sería justificable poner proa hacia otras latitudes si hubiera posibilidad de hacerlo en el país.
El inmigrante por regla general buscar insertarse en una realidad que no admite dudas. En su tierra no es posible, optan por emigrar. Meta número, el trabajo, lo demás vendrá por añadidura.
Hay todavía una historia tocante a la emigración. Para el Norte o para el Sur, millares de personas se alejaron de su querida tierra tratando de ubicarse. Claro que con diferentes resultados. Pero el caso es que por lo menos lo intentaron. En otros trabajos he ubicado una forma de desesperación por parte de muchos a los cuales se les niega inescrupulosamente, lo mínimo elemental: el trabajo. Otros tratan a través de los micro emprendimientos: manufacturación y venta por cuenta propia, que solo es un calmante para una grave dolencia. Peregrinan, ya sea en busca de trabajo, pero lo que es más grave aún, el acudir a íconos en su busca, cuando esto ni siquiera tendría razón de ser. El trabajo, existir sí o sí por naturaleza y no por milagro. Aunque no sirve demasiado seguir como predicando en el desierto, no tenemos que dejar de repetir, que todo aquel conjunto de gobernantes no tenemos que dejar de repetir que todo aquel conjunto de gobernantes que no se ocupen realmente de fomentar el trabajo a full, harán recaer sobre su pueblo el peso de su actitud, sea cual fuere. Los resultados están a la vista. Un claro ejemplo, pretender que de la noche a la mañana se transforme un país, típico en su capacidad de producir y al no verse contemplada racionalmente la ocupación de la mano de obra existente, es condenado sin remedio, por cierto a un penoso deambular sin horizonte, condenado a la miseria y asistido de algún modo a propósito de eliminar hipótesis de alteraciones sociales.  Ojalá Dios quiera que algunos con seriedad absoluta, tomen la posta y tengan a su cargo la reversión de un problema que en la práctica solo conformó una muletilla.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe

Argentina, 12.03.2017.

domingo, 12 de marzo de 2017

DIA DEL TRABAJO


Es parte de una vieja historia la celebración del 1º de Mayo como fiesta del trabajo o como día del trabajador.
Todos sabemos cuál fue la razón porque la hay, de tal celebración. Ya no viene al caso, aunque suscribo plenamente con aquella lucha de esos trabajadores americanos del Norte, justos y recios sin dudas.
Todo pueblo tiene que contar mayoritariamente con gente que trabaje. Todo aquel que haga algo, está de algún modo colaborando con la grandeza de su país.
Claro que necesariamente el tema pretendo instalarlo en el hombre por su salario. Es una cuestión por demás elemental. Es decir que todo hombre pueda adquirir de todo aquello que necesita para su subsistencia. Acá no vale la ley de la colmena, la reina, las obreras y el zángano. El final ya lo sabemos.
Todo estado está comprometido a asegurar a su pueblo la facilidad y la posibilidad de trabajar. Más allá de imponerle otras obligaciones.
Claro que como contra prestación, tiene que otorgarle derechos razonables, humanos en manos de no convertirlo en esclavo, ocioso por naturaleza.
En nuestro país la Constitución Nacional es bien clara en ese sentido. Los gobernantes cuando asumen, a través de un juramento muy especial a cumplir y a obligar a que se haga, las leyes que rigen el control del país. En la práctica poco se hace. El citado compromiso pareciera solo un respeto a la tradición ya que poco les interesa. Para la foto es todo un documento como aquellos que guardamos y que algún día se pondrán amarillentos,
Total a ellos les da lo mismo, si hay trabajo o no lo hay, caducará su mandato, total a ellos les pasará lo mismo, si hay trabajo o si no lo hay, caducará el mandato del político. Lo que sí es rigurosamente claro que a través de la función pública aseguran un buen pasar, incluso hasta a varias generaciones de herederos.
La cultura del trabajo conforme a equivocadas o malintencionadas políticas. Se va debilitando o padeciendo. Ante esto en lugar de buscar la forma de generar empleo para una gran masa de desempleados, se apela al asistencialismo. Un famoso proverbio dice: les dan el pescado y no le enseñan a pescar.
En nuestro país lamentablemente no se habla seriamente de crear o permitir la apertura máxima de fuentes de trabajo. La clase política nula por excelencia, solo busca posicionarse y consolidarse. Van de un puesto a otro. Es decir, no se van, cambian de lugar apoyados por un pueblo, y si son apoyados es que está todo bien, no hay nada que cambiar. Cambian las promesas, el discurso pero en concreto y antes que el ciudadano cambie el voto, propaganda y alguna obra o anuncio de ella para que se vea.
Trabajar es una función indelegable de cada ciudadano. Nadie debe dejar de hacerlo en y en cuanto, la edad por un lado y la salud por el otro, se lo permitan.. En determinados sitios del planeta y en ciertas geografías, no es posible llevar a cabo tareas de producción industrial. Algo obviamente se hace, pero para la supervivencia. No se concibe un país sin gente que no trabaje. Es imprescindible hacerlo: de no ser así, el atraso es inevitable, reitero, todo país que posee una franja inevitable de gente desocupada, tiene que apelar al asistencialismo  para paliar de algún modo  ese severo desfasaje que deviene de la falta de capacidad operativa para generar empleo.
Cada uno tendrá su opinión en tal sentido, pero queremos creer que tal vez haya alguna causa que se interponga para que los grandes inversores no muestren interés en radicar industrias en el país. Hago una deducción y corre por mi exclusiva cuenta. En el mes de Mayo de 2010, un funcionario de primer nivel de gobierno de turno, recomendó a grandes importadores argentinos a que se abstuvieran de adquirir productos manufacturados por China el mayor comprador de nuestra querida soja y sus derivados.
Las desafortunadas palabras de aquél, motivaron el enojo de los asiáticos quienes amenazaron con no más el grano y sus derivados. Al diablo con la captación de divisas.
Pero bueno, no es menos cierto que desde ya largo tiempo ingresa mercadería procedente de varios países asiáticos por naturaleza. El costo de aquella, puesta en el país, ha producido una severísima depresión en la industria nacional, desprovista de toda tecnología de punta como para competir.  Únase el alto costo laboral, impositivo, inseguridad jurídica que se presentan como un imborrable estigma que trasciende a no dudarlo y daña. Sin dejar de excluir el alto grado de corrupción que se ha instalado como una epidemia sin retorno, instalada partiendo de la base de la verticalidad.
Los responsables, desentendidos del grave problema no asumen esta vergüenza nacional. Mensajes hipócritas por doquier como pretendiendo engañar al mundo inteligente y con antigüedad suficiente como para no ser engañados.
Vacíos de contenido, la falta de formación profesional, de la cultura del trabajo en la clase más marginada, conlleva no a largo plazo la inevitable presencia de conductas ociosas y dependientes. Así incuestionablemente, se seguirán fomentando vicios, perdiendo generación tras generación sin capacidad de progreso y con caldo de cultivo para la violencia o inseguridad, droga, con mención de grandes traficantes encaramados en el poder.
El desarraigo, por regla general, tiene algunas facetas que lo estimulan. No sería justificable poner proa hacia otras latitudes si hubiera posibilidad de hacerlo en el país.
El inmigrante por regla general buscar insertarse en una realidad que no admite dudas. En su tierra no es posible, optan por emigrar. Meta número, el trabajo, lo demás vendrá por añadidura.
Hay todavía una historia tocante a la emigración. Para el Norte o para el Sur, millares de personas se alejaron de su querida tierra tratando de ubicarse. Claro que con diferentes resultados. Pero el caso es que por lo menos lo intentaron. En otros trabajos he ubicado una forma de desesperación por parte de muchos a los cuales se les niega inescrupulosamente, lo mínimo elemental: el trabajo. Otros tratan a través de los micro emprendimientos: manufacturación y venta por cuenta propia, que solo es un calmante para una grave dolencia. Peregrinan, ya sea en busca de trabajo, pero lo que es más grave aún, el acudir a íconos en su busca, cuando esto ni siquiera tendría razón de ser. El trabajo, existir sí o sí por naturaleza y no por milagro. Aunque no sirve demasiado seguir como predicando en el desierto, no tenemos que dejar de repetir, que todo aquel conjunto de gobernantes no tenemos que dejar de repetir que todo aquel conjunto de gobernantes que no se ocupen realmente de fomentar el trabajo a full, harán recaer sobre su pueblo el peso de su actitud, sea cual fuere. Los resultados están a la vista. Un claro ejemplo, pretender que de la noche a la mañana se transforme un país, típico en su capacidad de producir y al no verse contemplada racionalmente la ocupación de la mano de obra existente, es condenado sin remedio, por cierto a un penoso deambular sin horizonte, condenado a la miseria y asistido de algún modo a propósito de eliminar hipótesis de alteraciones sociales.  Ojalá Dios quiera que algunos con seriedad absoluta, tomen la posta y tengan a su cargo la reversión de un problema que en la práctica solo conformó una muletilla.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe

Argentina, 12.03.2017.

lunes, 13 de febrero de 2017

EL ANTES Y EL DESPUÉS


 Vaya si tiene historia esta frase y la seguirá teniendo. Ayer, hoy y mañana.
En todos los órdenes, será inevitable sostener esas etapas ya que no hay otra forma de evitarlas, porque tienen sustento. Por regla general no puede haber después sino no hay antes, No necesariamente tiene que obedecer a un desgraciado suceso. Puede tratarse de un acontecimiento feliz. Si fuese lo contrario, la calidad de vida se ha deteriorado.
No cabe duda alguna que el después en los casos de infortunio modificará todo un estilo de vida. Por regla general el común de la gente tendrá una mirada diferente en cuanto a cómo atravesaba la vida y como es en esta instancia. No cabe duda alguna que la irreparable pérdida le dejará una impronta que se ha hecho presente intempestivamente. Por una razón u otra, inevitablemente y por obvias razones ya nada será como antes, máxime si se trata de un ser querido.
La vida continúa, la familia queda, tal vez hijos chicos que dependen naturalmente de sus padres. Uno de los dos no está. O dejaron este mundo o bien se fueron del hogar, tan común en los tiempos que pasan. En todos los órdenes, se traduce el antes y el después.
Si de esposa/o se trata, el problema si bien es diferente, no es menos cierto que conlleva una sensible cuota de pesar que es casi seguro que el tiempo se encargará de cicatrizar heridas que en principio se cree no habrá de ocurrir jamás. El después continúa y el tiempo dirá
Nos ubicamos en la primera etapa, no por tratarse de una situación distinta, tal vez no sea de lo mejor pero es el traumatismo hiriente el que se encarga de modificar las cosas. Hay que transitarlo sea como fuere. No será lo mismo a tal punto que personas hay que sufren a mares una pérdida irreparable a tal punto de que para evitar males mayores deben apoyarse en la ciencia psicológica y eventualmente en la práctica psiquiátrica. Sin duda alguna el que  transita esa etapa debe llevarla sobre sus espaldas. Nadie la llevará por él.
Si de niños se trata, casi segura la madre o el padre formará pareja, a través de lo cual aparecerán hijos e incuestionablemente cambiará seguramente el panorama respecto al tiempo anterior a este estado de cosas.
Consecuentemente no hay opciones hay que seguir, más allá de las comparaciones que supone un sustancial cambio de vida.
Es evidente el cambio que se produce. Habrá que ir asumiendo sin desmoralizarse, que lo otro no tiene retorno. La vida continúa y hay que vivirla de la mejor manera posible, adaptándose a los cambios y asumiendo la realidad sin encerrarse en lo imposible, aceptando el dictado del destino.
Es como comenzar a vivir, por decirlo de algún modo, con otros sueños, con otras expectativas, dejando de lado el pasado que solo servirá para efectuar comparaciones.
Se trata por un lado de vivir armónicamente con personas que no formaban parte de la historia familiar, cosa que no siempre se logrará toda vez que la incorporación de un nuevo integrante de algún modo obliga a rearmar la situación.
Dejando de lado la problemática respecto del después de una irreparable pérdida cual es la de un ser querido, abordará respecto del resultado de un siniestro laboral, como el de un accidente de tránsito con severas secuelas, a veces invalidantes.
Sin dudas, las características son diferentes en lo que respecta al otro tópico. No son las mismas sensaciones, más allá que el imponderable deja una impronta difícil de olvidar. La rabia, la impotencia se apodera del individuo arrepintiéndose por siempre si es que alguna imprudencia lo ha sorprendido. Al afectado le costará aceptar la realidad, más todavía para el caso de que por su conducta irresponsable haya dejado víctimas. El antes y el después una vez más, presentes.
Rupturas matrimoniales: determina  aunque en pocos casos también, la elaboración del pertinente duelo. Nuevamente estará presente la sentencia que presta título a la presente obra.

OSCAR
Rosario, Pvcia. de Santa Fe- Argentina- 13.02.2017.






miércoles, 2 de noviembre de 2016

LA PENA CAPITAL

LA PENA CAPITAL

Tema polémico sin lugar a dudas.
Conforme a lo que se lee en el Nuevo Testamento, para los creyentes Jesucristo se opone abiertamente a la aplicación de la Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente.
En la antigüedad encontramos diversas formas respecto de este tipo de condena, conforme por un lado por las distintas culturas y los distintos métodos empleados para eliminar físicamente, no solo a quienes delinquían sino también a aquellos que transgredían leyes inherentes que mucho tenían que ver con el incumplimiento a normas de conducta.
Con el andar del tiempo, ciertos métodos fueron cambiando, como también la aplicación de la pena máxima según y conforme el delito cometido, sujeto a la filosofía de aquellos que se arroguen el derecho de aplicarla.
En un momento, la crucifixión, la hoguera, la horca, la guillotina, la silla eléctrica, la cámara de gas. En casos muy particulares, el fusilamiento. Ni hablar de las severísimas condenas aplicadas por los emperadores romanos.
Algún que otro país, no ha suscripto el tan mentado Pacto de San José de Costa Rica el que en su  parte sustancial dispone la no aplicación  de la pena de muerte para los autores de crímenes que la autoridad competente considera punibles, graves, aberrantes. No obstante y para situar un país puntual, sabemos que en los Estados Unidos de América alguno de éstos todavía lleva a la práctica tal sentencia.
Toda vez que se toma conocimiento de semejante determinación, se alzan voces contrarias a tal  medida- aún de autoridades encumbradas en el poder- de diversos países solicitando la conmutación de la pena, se concreta lo dispuesto.
Otros quizás a la distancia, pensarán que la medida se justifica en orden al delito cometido.
Tal vez haya quienes que en silencio, alegan que es inhumano tal proceder. Agréguese la desesperación del condenado que entre la sentencia y la ejecución transcurren años entre trámites de apelación, etc.
Y aquí el consabido condimento que inevitablemente aparece como juicio personal a la medida. Sí, todo sujeto que comete un crimen censurable en grado sumo, como de práctica, una vez que se comprueba su evidente responsabilidad, es sentenciado conforme a lo que resulte de la opinión del o los magistrados intervinientes, considerando agravantes, atenuantes, antecedentes, móvil del hecho, defensa propia, grado de parentesco- a veces- entre víctimas y victimarios.
Pero los tiempos que corren determinan de manera incuestionable una reforma sustancial del código penal.
Así vemos sentencias que se consideran una literal burla que hiere las fibras más íntimas, particularmente de los familiares de las víctimas que pareciera que a mayor tiempo de encierro se ve compensado ese afán de justicia, que por instinto todos llevamos dentro.
Pero lamentablemente, se plantea un interrogante no excluyente: cada día el delito aumenta en cantidad y por añadidura en violencia.
Asistimos impávidos el accionar de la Justicia. Queremos creer que se actúa conforme los términos de las leyes pertinentes. Existe una escala por citar un ejemplo para el caso del homicidio simple que va entre los 8 y 25 años de cumplimiento efectivo en institutos carcelarios, pero que generalmente por pautas de conducta del incriminado, por lo general las condenas se reducen considerablemente y los imputados salen mucho antes del tiempo estipulado. Sabido es, por otra parte, que la mayoría sale de prisión no reformado precisamente. Más aún, si ha estado en prisión es muy difícil que consiga un empleo y es entonces cuando vuelve a delinquir. La prisión lo ha embrutecido aún más.
Se justifica algún atenuante?...reitero, por regla general el condenado sale y la familia no recupera la pérdida que el victimario ha ocasionado. Es justo?...y pensar que este término deriva de justicia. Es común escuchar voces de reprobación con el agregado de que esos salvajes no deberían- en adelante- convivir en una sociedad civilizada. Es harto dudoso que muchos se corrijan. Se dice que el encierro debería servir para una rehabilitación moral y se reinserten como personas de bien dentro de un mundo donde puedan desarrollarse como gente normal.
Quisiera saber cuántos lo logran. Trabajo?, donde?, a cierta edad?. Con antecedentes penales?. Sabido es que muchos vuelven a delinquir: robar, violar o matar.
Bien, he tratado de incursionar en una parte de la cuestión: los prolegómenos del delito y sus consecuencias
A enfocar entonces respecto de lo del título.
Toda vez que tomamos conocimiento de una ejecución por parte de la justicia, sea donde fuere, nos invade- creo que a muchos- un sentimiento de pesar. Es una cuestión o sensación inevitable  entiendo que juegue un importante papel el carácter de muerte anunciada (recuerdan al escritor colombiano: G.G.Márquez en..”…Crónica de una…” lo que equivale a meditar sobre el término de habitación en esta tierra de un ser humano que aunque irracional en su procedimiento la lentitud del proceso entre la sentencia y la ejecución ya lo está condenando de manera lenta. Años pasan entre apelaciones y quizás sus esperanzas también lo abandonen.
Pero hete aquí que cuando se toma conocimiento de un hecho por demás conmovedor- no me corresponde ni deseo hacer apología sobre la pena máxima. Se alzan voces algunas de notoriedad, reclamando  extrema justicia ante tamaño proceder.
En el fuero interno de algunas víctimas de violación y familiares, sobrevuela el fantasma de un condigno castigo a tal depravado. El sujeto en cuestión, si bien en la cárcel es sometido a la Ley del Talión, por casos de violación, por parte de un conjunto de “justicieros”, sale al poco tiempo y generalmente comete el mismo delito. Y la tan mentada rehabilitación?. Sí, emerge una literal burla no solo a la víctima, sino que a sus familiares. Es inevitable que se plantee el mismo interrogante: qué hacer?. Esto por una parte..La otra cuestión: los crímenes que resultan de la violencia callejera en la que intervienen menores de edad consagrados a la drogadicción o al alcohol, abandonados o descontrolados por sus propios progenitores. Éstos, imaginamos quizás resentidos y consecuentemente insatisfechos a raíz de un sistema perverso que no les brindan posibilidades de desarrollo y los mantienen cautivos mediante prebendas con la consiguiente alianza con el ocio, sin aprendizajes en fábricas (ya casi no quedan como había en otros tiempos), sin adecuada formación profesional a través de escuelas técnicas que no poseen equipos de alta tecnología conforme la imposición de los tiempos. Se suma y por conocidos factores, la deserción escolar en tal sentido. Con gobiernos a lo que solo les interesa el apoyo electoral como condición sine-equanon para seguir con la asistencia económica, asignaciones míseras con que ilusionan a sus seguidores. Éstos en muchos casos quedan enceguecidos por tales subsidios y apelan al incremento de tenencia de hijos con el consiguiente aumento poblacional en sostenida deficiente calidad de vida. Así las cosas, la crónica policial, los medios televisivos quienes crean un show mediático con aberrantes delitos que hieren las fibras más íntimas de una parte de la sociedad a la cual mantienen en vilo, un pequeño pero harto peligroso conjunto de indeseables mantenidos como a hijos con capacidad diferente.
Nuestra legislación penal determina que son punibles los mayores de 18 años. Algunos son enviados a veces a centros de rehabilitación, otros en cambio vagan alegremente por la calle hasta que la tentación los fuerce a cometer otro delito y así sucesivamente. Mientras tanto los damnificados sufrientes al máximo  ven que no se puede hacer nada con estos impresentables.
Se han escuchan voces de notables reclamando indignados, se aplique la pena de muerte. Claro que simultáneamente aparecen los hipócritas de siempre contraatacando aquellas expresiones. No creo que puedan alentar algún sentimiento piadoso ante sujetos indeseables que hieren por así decirlo y para toda la vida a una importante cantidad de víctimas y familiares, quienes de manera indubitable se encuentran indefensos  ante códigos penales con una liviandad vergonzosa, indigna de todo sentimiento humano. Pero la hipocresía y el cinismo, cuando no, son el condimento ideal para gobernar tomados de la mano junto al libre albedrío. Por estas alturas no se quiere poseer voluntad política cual es la de llevar a cabo medidas drásticas que conlleven a la erradicación, todo lo más posible. Descaradamente miran para otro lado haciendo un significativo silencio pretendiendo engañar al soberano con discursos que muestran un desenfado tal que supone una desvergonzada tomadura de pelo. Esto me recuerda a ciertos artistas con un inusitado libreto donde tomando algunos cuentos infantiles, los deformaban de una manera bastante cómica que suponía una cuota de ocurrencia sin igual, impensada.
El problema es serio, lejos está de mi parte hacer apología de la pena capital, ya que nuestra formación cultural no da para tanto. Pero habrá que convenir la forma de consensuar entre la clase política, el poder judicial, la iglesia, los derechos humanos en paralelo con las víctimas y no al revés, la manera de terminar de una buena vez con el tipo de delitos aberrantes que la mayoría de la población no nos merecemos. Hoy es una costumbre que algunos hipócritas digan: y el delincuente apela a la droga por una cuestión cultural de cierto medio ambiente, pobreza en extremo, abandono familiar, ocio, alcohol y por si fuera poco, una conducta sexual de la que emerge descontroladamente la proliferación de hijos  que a la postre constituirán lo que se llama en situación de calle o en estado de vulnerabilidad.
Otra incongruencia preocupante la de los representantes del pueblo que no se enancan en la toma de medidas drásticas que propendan a la reducción de delitos casi de lesa humanidad. El problema es también estructural, ninguno equipo de gobierno sale a la palestra a tomar medidas que coadyuven a mejorar sustancialmente la calidad de vida de los más vulnerables, que según una opinión personal, un tipo de resentimiento emerge de semejante situación calamitosa por cierto. Basta ya de sostener marginales con subsidios captores de votos en apoyo electoral. El Artic. 14 Bis de nuestra Carta Magna, es terminante en este sentido. Quienes lo violan, incurren en incumplimiento de los deberes de funcionario público. No hay fuentes de trabajo, ni capacitación profesional, aumenta el delito y paralelamente las unidades carcelarias en donde por otra parte abunda el hacinamiento, la vagancia, el resentimiento entre muchos de ellos y en lugar de entregar seres reformados, salen mal formados y acuden a la repetición de los delitos, ya que otra cosa no les es posible realizar.
Moneda de cambio: les dan el pescado en lugar de enseñarles a pescar. Basta ya de lo mismo.
Un detalle que no debe soslayarse: todo aquel que pregona la aplicación de la pena de muerte, se sentiría capaz de accionar el dispositivo que produjera la muerte de un condenado?. Me parece que no, ya que se me ocurre, que el delincuente obra en un estado muy especial que por nada del mundo nadie quisiera imitarlo. Una indescriptible reacción que quizás se hermane con el arrepentimiento aunque tardío. Aún así, se desconoce cuántos son los arrepentidos…Vaya dilema!. Se me ocurre que una forma de morir aunque lentamente, sería un confinamiento en zonas de clima harto riguroso particularmente nuestro Sur, donde los condenados a picar piedras con grillos en los pies no tenían alternativa de escapatoria. Algunos países poseen cárceles inexpugnables, generalmente una isla desde donde es prácticamente una utopía la fuga.

OSCAR
Rosario, Pvcia, de Santa Fe

Argentina- 30.10.2016